9 de noviembre de 2007
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9 de noviembre de 2007

Salarios, pensiones y precios en la Cuba actual w1m3b

Oscar Espinosa Chepes


LA HABANA, Cuba, noviembre (cubanet.sergipeconectado.com) - El General Ral Castro, en su discurso del 26 de julio expuso que en Cuba los salarios son insuficientes para vivir y no funciona el principio socialista de distribucin segn el esfuerzo de cada ciudadano, criterios verdaderos que hasta entonces eran negados obstinadamente por los domesticados medios oficiales.

Trabajos de economistas vinculados al gobierno han dado a conocer que los precios de los productos comercializados en pesos cubanos, utilizados fundamentalmente para pagar salarios y pensiones, se incrementaron 8,63 veces desde 1989 hasta 2006. Slo en ese ltimo ao las tarifas del transporte interprovincial fueron multiplicadas por tres y el costo del kilowatt / hora consumido fue incrementado en un rango de 50% hasta 333,3%, de acuerdo a los niveles de consumo elctrico, sin mencionar las significativas elevaciones de precios en los alimentos y otros productos y servicios

Paralelamente, las estadsticas oficiales reflejan que el salario medio mensual era de 188 pesos en 1989 y de 387 pesos al cierre de 2006, o sea se multiplic por 2,1 veces. La pensin media mensual fue de 83 pesos en 1989 y de 191,83 pesos en 2006, o sea 2,3 veces superior al ao base, aunque debe aclararse que existe una concentracin elevada de pensionados que reciben hoy el mnimo establecido de 164 pesos (1 dlar equivale a 20 pesos cubanos). De estas cifras puede llegarse a la conclusin de que el salario real en 2006 fue slo un 24,0% con respecto a 1989, y en las pensiones fue de un 27,0% aproximadamente.

Lo anterior ratifica lo expresado por el General Ral Castro y explica porque el salario ha dejado de ser un factor promotor del crecimiento de la productividad y la eficiencia en Cuba. Actualmente los cubanos viven con un alto grado de menesterosidad y con una sustancial dependencia de factores extra laborales, como las remesas provenientes fundamentalmente de Estados Unidos que alcanzaron 983 millones de dlares en 2006, segn estimados del Fondo Internacional para el Desarrollo Agrcola (IFAD), agencia de Naciones Unidas. Adicionalmente, los ingresos de los cubanos estn relacionados con actividades en el mercado negro, los robos en los centros de trabajo, las relaciones con extranjeros y otras actividades muchas veces al margen de la ley al ser imposible buscar el sustento mediante un trabajo decoroso. Esto ocurre dentro de un marco de doble circulacin monetaria, donde la inmensa mayora de los salarios y pensiones son pagados en pesos cubanos, moneda que el propio gobierno no acepta como pago en la mayora de sus tiendas, que cobran en divisas.

Esta problemtica ser imposible de superar mediante elevaciones unilaterales de salarios y pensiones, si no se realizan transformaciones integrales de la sociedad cubana, que estimulen el potencial productivo. Esta aseveracin es vlida no slo para los bajos salarios y pensiones, sino tambin para detener la inflacin, terminar con la perversa doble circulacin monetaria, el incremento de la corrupcin y otros males que azotan la sociedad. Elevar salarios y pensiones sin contrapartidas materiales y de servicios sera engrosar el importante volumen financiero actualmente en circulacin, superior a los 20,0 miles de millones de pesos segn algunos expertos, lo cual incidira en aumentos adicionales de los precios, establecindose un crculo vicioso de nefastas consecuencias.

En las actuales condiciones, la opcin sera ejecutar las reformas de estructuras y conceptos, contempladas por el General Ral Castro en su discurso, liberadoras de las fuerzas productivas y con ello establecer una gradual elevacin de la productividad y la eficiencia. Preferiblemente deberan iniciarse en la agricultura a travs del rescate de las ideas originales de la revolucin sobre la entrega de la tierra a quienes la trabajen. Esto podra acompaarse, en una primera etapa, de la promocin del trabajo por cuenta propia, y la creacin de pequeas y medianas empresas por cubanos emprendedores, con lo cual se suprimira la prctica de que el estado istre pequeos comercios y unidades de servicios, imposibles de controlar centralmente.

Si se desea que las pensiones y salarios medios mensuales superen la triste situacin actual de no alcanzar 10 y 20 dlares respectivamente, debern emprenderse reformas econmicas graduales, que posteriormente podran conducir a un proceso de democratizacin. En las recientes discusiones del discurso del General Ral Castro, desarrolladas en el Partido Comunista, centros de trabajo y otros lugares, a pesar del miedo, muchas personas han manifestado su inconformidad con la situacin imperante y el temor de que contine deteriorndose la economa. La inmensa mayora de la poblacin se pronuncia por los cambios, sin que ello lesione los avances obtenidos en la educacin y la salud, tambin deteriorados por la crisis general de casi 19 aos.

Aunque existe un valioso potencial para realizar los cambios, en especial humano, la tarea no ser nada fcil. Las estructuras productivas estn destruidas por un proceso de descapitalizacin muy prolongado. Adems, existen fuerzas polticas poderosas opuestas a cualquier cambio, incluidos los econmicos, pues temen que sean la antesala de transformaciones polticas que terminen el poder absoluto que han detentado durante casi 50 aos. El inmovilismo utiliza esencialmente la coartada del enemigo externo alimentada equivocadamente por Estados Unidos. Una ejecutoria promovida por sectores intransigentes cubano-americanos, afortunadamente cada da con menos apoyo en el exilio, que paulatinamente toma conciencia de que la solucin del drama nacional resulta imposible sin la reconciliacin y la tolerancia entre los cubanos.

Ciertamente, no existen absolutas garantas de que la etapa iniciada con el discurso del General Ral Castro y las ideas surgidas de los recientes debates, se encaucen hacia las transformaciones necesitadas con urgencia. De fracasar esta oportunidad, dado el descontento ya presente y la frustracin que se creara, podra generarse un escenario de inestabilidad social y el riesgo de caos. En este caso, todos los cubanos saldramos perdedores e incluso nuestros vecinos.


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