13 de noviembre de 2007
Crnica
13 de noviembre de 2007

Las veletas del neo anexionismo giran hacia el Sur 27349

Miguel Saludes

MIAMI, noviembre. -Las declaraciones de Felipe Prez Roque sobre intenciones futuras que afectan a la soberana cubana provocaron numerosos comentarios en el exterior. Durante su estancia en Nueva York el funcionario asever que Cuba estaba dispuesta a renunciar a su bandera y estatus de nacin soberana para integrarse en una confederacin con Venezuela.

La polmica desatada por las palabras del representante de la diplomacia cubana apenas ha sido divulgada en la Isla. Pero ante el revuelo generado en crculos externos y algunos internos, el Presidente de la Asamblea Nacional Ricardo Alarcn aclar, a su manera, este desborde con marcado carcter anexionista. Lejos de restar credibilidad o desautorizar lo dicho por el titular de relaciones exteriores, Alarcn afirm que Cuba siempre ha aspirado a formar parte de una ''patria grande'' latinoamericana. El representante del poder, con facultades absolutas para interpretar la voluntad nacional, aclar que la materializacin de ese deseo an est lejana.
La idea, expresada de manera tan abierta por Prez Roque, no es original de su pensamiento. El tema viene tomando cuerpo desde hace meses, tal vez aos, y sus progenitores son los regimenes de Caracas y La Habana. Hay afirmaciones de que uno de los artculos de la reforma constitucional que apresura Chvez en su pas, contiene un artculo que prev la concrecin de ese acontecimiento. Durante su ms reciente visita a la isla caribea, el mandatario esboz la posibilidad de una unidad entre ambas naciones. Aunque Ral Castro matiz las palabras del presidente venezolano, en ocasiones anteriores se han mostrado avances del proyecto confederativo cubano venezolano. Carlos Lage dio un anticipo al asegurar que ambos pueblos contaban con dos presidentes.
Muchos opinan que estas manifestaciones no deben ser tomadas en serio. Otros sealan que se trata de pura retrica y que el plan es irrealizable. Un artculo publicado en El economista de Cuba bajo la firma del Dr. Fidel Vazcos-Gonzlez, ofrece elementos que demuestran el nivel alcanzado en esta diligencia. El titulo que encabeza el texto- Hacia una confederacin de estados- no puede ser ms sugerente. El periodista se remite a sendas reuniones celebradas a finales de abril en la capital venezolana, bajo la sombrilla del ALBA y que al parecer dejaron sentadas las bases de la futura fusin. Por su parte Hugo Chvez abog por conformar una Confederacin de Estados identificados con la iniciativa bolivariana.
Algunos detalles de la proyectada Confederacin hablan de que los pases integrantes conservan su personalidad e independencia tanto en la vida interna como en la externa, salvo en lo referente al plano internacional, que es objeto de la Unin. Esto va mucho ms all de objetivos econmicos y culturales. Segn Vazcos-Gonzlez, existen tres obstculos que conspiran contra este objetivo. El primero, como es de suponer, Estados Unidos. El segundo lo ponen las oligarquas nacionales. Y la tercera barrera a superar est compuesta por propias nacionalidades, a las que el periodista tilda de factor subjetivo. Este es el punto que preocupa a los anexionistas de nuevo tipo. Para salvar el escollo proponen un intenso trabajo de educacin poltica e ideolgica que permita a los pueblos identificar la unin que deben repudiar (el ALCA) y la que deben promover (la patrocinada por Chvez y Castro). Todo parece indicar que la parte cubana ofrecer el aporte educativo, pues cuenta con amplia experiencia en el arte de convencer a las masas.

El fundamento de todo este embrollo se sostiene en la esencia de un discurso pronunciado por Fidel Castro en 1972 justo durante un aniversario del 26 de Julio. El escritor resea el fragmento donde el Comandante proclama la posibilidad de diluir la Nacin en aras de integrarla a una comunidad mayor, junto al movimiento revolucionario latinoamericano y en contra del imperio norteamericano. Aquellos eran tiempos de CAME. Los ojos integracionistas estaban puestos muy lejos, allende los mares. El idioma ruso tena prioridad en este rincn del Caribe. Se preparaba el texto de una Constitucin donde por vez primera se haca reverencia a una potencia extranjera. Los rostros de Carlos Marx, Engels y Lenin, desplazando a pensadores y patriotas cubanos, ocuparon un sitial de honor junto a los de Mart, Maceo y Gmez. A pesar de lo que algunos consideran la rusificacin de Cuba, este proceso no lleg a extremos como los que se anuncian ahora.
Es paradjico que mientras los funcionarios del gobierno cubano hacen gala de este tipo de manifestaciones, asumiendo pblicamente la posibilidad de una unidad multinacional que conlleve a la desarticulacin nacional, en las crceles de la Isla se encuentran hombres acusados de mercenarios y pro anexionistas. El gran delito cometido por estos ha sido luchar por la libertad de expresin y el ejercicio soberano del pueblo. Jams alguno de ellos esgrimi como identidad de su pensamiento la renuncia a los valores patrios ni la subordinacin por intereses ante poderes externos.
Puede que los especialistas lleven toda la razn y nada de esto merezca el menor esmero. Pero si por una parte la fantasa parece difcil de realizar, incluso impracticable, lo que pesa en ella es la intencin. La misma existe en la mente de un grupo dispuesto a todo por conservar el poder totalitario, incluso a renunciar a bandera, himno y patria. Para colmo, sin el menor decoro, no vacilan en justificar sus anhelos manipulando el pensamiento de Jos Mart.


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