Creo 6v1642
Yosvani Anzardo Hernndez, Jvenes
sin Censura
LA HABANA, Cuba, noviembre (cubanet.sergipeconectado.com) - Cuba
es un pas de creyentes, y aunque esto no signifique que
la religiosidad ha acompaado el espritu de los cubanos
durante estos aos de materialismo vaco, por lo menos
nos garantiza que no somos distintos a los pueblos que han sufrido
por causa de ideologas retrgradas, y que al final
siempre han encontrado el camino una vez perdido, y a pesar de que
la re-involucin lo cambi todo, algo sagrado siempre
perdura. Por ejemplo, hay una provincia que sigue llamndose
Sancti Spritus, aunque la verdad es que los cubanos slo
la llamamos Espritu, despojndola as de su
santidad, y cuando alguien va a viajar hacia all dice:
-Voy para espritu -como si no fuera obvio.
Igual sucede cuando te preguntan:
-Para dnde vas?
-Pues para viejo.
En esto de cambiar las cosas sin dejar de creer,
los cubanos s que somos los brbaros, y es que “Revolucin
es cambiar todo lo que deba ser cambiado”. Imaginen que fuimos
capaces de cambiar la catequesis por los crculos de estudio.
Seamos honestos y socialmente cristianos, y no jodan,
que lo bueno le gusta a todo el mundo, incluso a los de la nueva
iglesia, y es bueno hacer concesiones sobre todo cuando entraa
un buen negocio. Todo esto ha hecho de la FE algo esencial, pues
el que no tenga FE no sobrevivir, as que ya saben,
a hacerse de Familiares en el Exterior.
Aqu la gente hace creer que trabaja y el
estado te hace creer que te paga y que no abandona a nadie y acostumbra
a darle caramelos al hambriento, y lo obliga a creer en el partido
porque este es inmortal como Dios, y no puedes contradecirlo porque
es pecado y el papa es vitalicio, y no es papa sino pap,
porque hay que agradecerle hasta la existencia, y en eso s
tienen razn porque no te habr engendrado pero despus
de grande te puede abortar.
Pero lo que no creen los sostenedores de este sistema
religioso es que el pueblo no cree en l, que el miedo no
es respeto, que la mentira no es eterna, que las promesas no llenan
el alma y mucho menos la barriga; que la verdad siempre es de corcho
aunque no venga de Portugal; que el dolor de todos busca aliento
colectivo porque es un problema personal, y por todo esto yo creo
y soy optimista; veo y siento el llanto de las rosas decididas a
usar sus espinas.
El 15 de octubre, aqu en San Germn,
dos hermanas de 19 y 20 aos decidieron prenderse candela
junto a sus pequeos hijos para escapar de la miseria. Hoy
no son menos pobres pero decidieron dar sus vidas por el futuro
de sus hijos luchando contra la injusticia.
Creo en las hermanas Castillo. Creo en los
jvenes universitarios de Oriente. Creo en los valientes
habaneros que con las manos vacas ofrecen su corazn
abierto y sangrando al can que los ataca. Creo en la bondad y la
solidaridad de los jvenes del mundo que hoy nos miran con
confianza y simpata. Y sobre todo hermano mo, donde
quiera que ests, creo en ti.
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