15 de noviembre de 2007
Crnica
15 de noviembre de 2007

Remedio amargo 5b5h6a

Jorge Olivera Castillo, Sindical Press

LA HABANA, Cuba, noviembre (cubanet.sergipeconectado.com) - El sello de garanta es la muerte. El alivio, la recuperacin, el retorno al hogar sano y salvo estn facturados con los mismos componentes de los milagros. Esas zozobras son las que asaltan a los pacientes del hospital Calixto Garca, uno de los ms antiguos de la capital y hoy convertido en una zona muy distante de lo que a tica y eficiencia se refiere.

El tema podra ser recurrente, pero es oportuno detallar otras experiencias que engrosan el expediente de desastres dados en amargarle y hasta acabarle la vida a decenas de personas internadas en estas franjas oscuras de la “revolucin”.

Uno de los flagelos que soportan los enfermos es la carencia de personal calificado. Ausencias e impuntualidades motivadas por falta de incentivos unidas a un relajamiento de la disciplina laboral donde son naturales las posturas marginales, entre ellas el uso de ropas provocativas y de un vocabulario excesivamente escatolgico, dan paso a la entronizacin de la indiferencia y la apata en un sector donde la sensibilidad debera constituir un aspecto puntual.

Los ndices de desercin se mantienen altos, estimulados por un clima de rupturas donde el mal aprovechamiento de los recursos, la ausencia de mnimas condiciones para un desempeo profesional, los deficientes niveles de atenciones al trabajador en lo referido a alimentacin, pagos y transporte, incentivan la degradacin de lo que todava el rgimen presenta como uno de sus logros.

Entre la suma de calamidades es proverbial el hermanamiento entre el hospital y el vertedero. Casi todos los centros del pas dedicados a los cuidados de salud exhiben caractersticas muy afines a las que existen en una villa-miseria. Aguas albaales, mal funcionamiento o ausencia de servicios sanitarios, mugre en pisos y paredes, falta de instrumentos y personal para la limpieza, son el denominador comn.

Hace apenas unos das, una pariente pudo salir airosa de su percance de salud. Estuvo una semana ingresada en una de las mejores salas del referido hospital, segn la opinin de una enfermera. De ser cierta la afirmacin, no quisiera observar el resto de estos depsitos de enfermos.

Del techo, filtraciones. Del bao, tupicin permanente. El desayuno y el almuerzo a destiempo, desabrido y escaso. Agua?, pues a confeccionarla con las neuronas. Hay serios problemas con el abastecimiento sin que se vislumbre una solucin en breve.

Aunque resulte increble, hubo que solicitar el servicio de un amigo que posee automvil para llevar a mi pariente a tomar un bao y a hacer parte de sus necesidades fisiolgicas a su casa. “No hay quien entre al servicio, imagnate que los pacientes de la otra sala tambin lo estn utilizando y no lo limpian hace tres das”, alegaba con la determinacin de primero reventarse antes que acceder al pequeo infierno. La orina la evacuaba en un recipiente y con posterioridad el acompaante (mi esposa), la verta, al borde de las nuseas, en el inodoro rebosante de excrementos.

Por fortuna slo permaneci una semana bajo los auspicios de una catstrofe que amenaza la vida de quienes no les queda otra alternativa. La estada en un hospital en Cuba no es sinnimo de rehabilitacin o mejora. Muchas personas mueren por negligencia de facultativos y paramdicos, o empeoran su estado a partir del entorno poco propicio para recobrar la salud.

No solo hay que cuidarse de las fallas aqu sealadas. Tambin es preciso mantener la vigilia por los robos que ocurren a diario. Con el ingreso hay que llevar sbanas, ventilador, almohada, cubos entre otros enseres que elevan la tentacin de los cacos.

Por cierto, de los nuevos colchones con que habilitaron el hospital, los ladrones han hecho una excelente cosecha.

Hace tres aos que comenzaron las obras de construccin con vistas a renovar y reparar el “Calixto Garca” y no es posible observar un avance en correspondencia con el desembolso de los recursos. “Todo se lo han llevado, no hay control, esto es un relajo”, me asegur un mdico con todo el pesimismo del mundo.



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