Sobre
la corrupcin y otros demonios 4t5j3j
Oscar Espinosa Chepe
LA HABANA, Cuba, noviembre (cubanet.sergipeconectado.com) - El
pasado 17 de noviembre se cumplieron dos aos del discurso
pronunciado por el presidente Fidel Castro en el Aula Magna de la
Universidad de La Habana con motivo del aniversario 60 de su ingreso
en ese alto centro docente. Sus palabras estuvieron entre las ms
importantes de las millones pronunciadas por l durante su
larga y agitada vida, no tanto debido al objetivo anunciado, sino
porque aprovech la ocasin para dar amplios detalles
sobre el acelerado ascenso de la corrupcin en la sociedad
cubana.
Hasta ese momento se haba evitado tratar
el problema abiertamente. Entre sus planteamientos estuvo que la
corrupcin - hasta entonces- haba alcanzado niveles
tan altos en Cuba que poda constituir un factor de destruccin
de la revolucin. Reconoci as la gravedad
de la situacin. Asegur que el complicado escenario
de crecimiento de las ilegalidades y otros hechos negativos sera
arreglado por el pueblo y la revolucin.
Transcurridos dos aos de ese llamado de alarma, el escenario
no ha cambiado. Incluso puede afirmarse que la corrupcin
ha aumentado, lo cual implcitamente fue reconocido en el
IV Encuentro Internacional sobre la Sociedad y sus Retos frente
a la Corrupcin, efectuado en La Habana del 7 al 9 de noviembre.
El vicefiscal general de la Repblica, Carlos Ral
Concepcin Rangel, iti que “en los ltimos
10 aos se ha observado un cierto auge de este mal”.
En realidad la aseveracin de tan alto funcionario
ratifica lo vivido diariamente por todos los cubanos, pues el proceso
de corrupcin imperante no se aminora, sino crece sin cesar.
En el comercio interior se reconoci que en 2006 hubo prdidas
y faltantes por 270 millones de pesos, segn declaraciones
del ministro del ramo, Marino Murio Jorge, y se arrastran
de otros aos prdidas de 416,9 millones de pesos
por las mismas razones.
Tambin de acuerdo con informaciones oficiales, el Ministerio
de Comercio Interior (MINCIN) detect deficiencias en el
90,0% de las 33 843 inspecciones efectuadas en la red estatal de
comercio y servicios en 2006. En distintas inspecciones realizadas
durante 2007, se han encontrado 125 000 deficiencias. Cifras que
slo indican la parte detectada del grado de corrupcin
existente, por tener nicamente en cuenta los fraudes hallados
en las entidades de comercio interior, sin considerar los volmenes
de delitos cometidos diariamente contra la poblacin, todo
lo cual, si fuera agregado, dara valores varias veces superiores
a los denunciados.
En modo alguno los problemas de las ilegalidades y la corrupcin
en general estn restringidos al comercio y la gastronoma.
En varios artculos publicados en el peridico Juventud
Rebelde, desde hace meses, fundamentalmente en sus ediciones dominicales,
se aprecia que la problemtica est presente en todos
los sectores de la vida nacional. Van desde los desvos de
recursos, estafas, precios alterados, falsificaciones de productos,
agio, especulacin y muy variadas actividades ilcitas.
Incluye sectores que durante aos han sido puestos como ejemplos,
como la educacin y la salud pblica. En el caso de
los ltimos se destacan los pagos por debajo de la mesa,
como las “agroconsultas”, obsequios de alimentos para
recibir mejor tratamiento mdico, y una privatizacin
creciente paralela al deterioro de la calidad de los servicios.
Aunque es positivo que en los ltimos meses
estos males se estn denunciando en la prensa oficial, los
mecanismos empleados para contrarrestarlos no responden a las medidas
necesarias, ya que se insiste en las disposiciones legales como
leyes y decretos que amplan la represin, soslayndose
que las races de la corrupcin en Cuba residen en
una sociedad cada vez ms enferma, en la cual el trabajo
honesto deja de ser el medio fundamental para conseguir los ciudadanos
un nivel de vida decoroso.
As tambin, se continan empleando
llamados y consignas para combatir la corrupcin y las ilegalidades,
que por repetidos han perdido toda validez al chocar con un ambiente
social propicio para cualquier cosa menos la virtud. Se insiste
en culpar de la corrupcin al “perodo especial”,
por cuanto ha llevado a incrementar los os con empresas extranjeras,
cuando el problema real est en un sistema generador de la
ineficiencia generalizada que ha desembocado en salarios de hambre
y miseria, lo cual obliga a los trabajadores al delito para sobrevivir.
Un sistema que con su quiebra ha auspiciado mtodos de distribucin
como la aeja libreta de racionamiento, una ilgica
variedad de mercados y precios para el mismo producto, dualidad
monetaria, formas de control disfuncionales que hacen al 60,0% de
las empresas tener contabilidad no confiable y otros males.
Resulta absolutamente errneo afirmar que
la corrupcin se limita a la parte istrativa y econmica,
cuando tambin acta en la poltica y la espiritualidad
de la nacin. Acaso la doble mortal, el engao
y la mentira usados como mtodo, y la seleccin de
los dirigentes por la fidelidad poltica, sin considerar
sus capacidades, no son pruebas fehacientes de corrupcin?
Acaso el oportunismo promovido por un partido
nico, sin cuyo carn es imposible progresar istrativa
y econmicamente, no est en el sustrato del problema?
No puede decirse que las medidas legales no sean necesarias en el
contexto actual, pero definitivamente no constituyen la principal
herramienta para combatir el mal que lentamente corroe el pas.
Ver las cosas slo desde un punto de vista jurdico,
nicamente coadyuvar a empujar a ms ciudadanos
a las ya hacinadas crceles. El problema radica en un sistema
que aceleradamente ha destruido la economa, al tiempo que
ha actuado perversamente en el alma de los cubanos, creando una
doble moral que ha desdibujado las fronteras entre el bien y el
mal.
Si se quieren exorcizar los maleficios de la
corrupcin y otros demonios, deber con urgencia procederse
al desmontaje del sistema poltico, econmico y social
que casi por 50 aos los ha promovido.
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