Las causas de la ira 5r2t5l
Lucas Garve, Fundacin por la Libertad de Expresin
LA HABANA, Cuba, abril (cubanet.sergipeconectado.com) - Ayer pude observar varios ejemplos de lo que denominan indisciplina social en Cuba. Un vecino que reside en un apartamento en alto decidi limpiar su morada a las 7 p.m. Qu tiene de perjudicial la limpieza de su casa? El problema reside en que el seor tom una manguera de dos y media pulgadas de dimetro y comenz a echar agua por todo su piso y botarla por el tragante del balcn que la vierte sobre el techo del portal de la vecina de los bajos, que pudo contemplar cmo el agua corra por el lado exterior de la pared de su portal.
Algunos minutos ms tarde, de otra casa cercana me lleg el retumbar desaforado del ritmo de un reguettn. El deseo de fiesta inund toda una manzana de viviendas sin indagar quienes deseaban a esa hora escuchar a Don Omar.
Al propio tiempo, unos muchachones en plena adolescencia jugaban a la pelota en la calle, la que convirtieron en terreno de bisbol, sin contar que se trataba del paso natural de transentes y vehculos. Margarita, que sali a esa hora a botar la basura junto al poste de electricidad de la esquina –tambin un lugar inapropiado- les sugiri que se fueran a jugar a un terreno baldo de la otra cuadra. La mejor respuesta fue el caso que le hicieron.
Es muy comn escuchar a dos personas insultarse en un transporte pblico por causas nimias que una buena educacin hubiera zanjado con una adecuada excusa. Los golpes no podran excluirse de un inventario de malos comportamientos pblicos hoy en da.
Por qu ocurren estos desagradables eventos? No hay respuesta. La creacin de nuevas convenciones sociales resulta una tarea de ms de cincuenta aos.
Nadie puede negar que hace medio siglo los amarres de la sociedad republicana fueron rotos por la tormenta revolucionaria. Las costumbres sociales, las malas y las buenas, fueron barridas por el cambio social producido. La formacin de lo que se dio en llamar un hombre nuevo ocup el lugar predominante en la forja colectiva de un individuo producto ntegro de una nueva sociedad. Con lo que no contaron es que esa nueva sociedad tambin se estaba formando.
El rechazo a normas y modos de expresin y formas de decir, comportamiento pblico y gestos personales, estilos de vestir e imagen social junto a la prdida de muchos rasgos urbanos cosmopolitas por aventura poltica y caresta inevitable hicieron a la sociedad cubana irreconocible para alguien que fue testigo de ella en aos precedentes.
La colectivizacin de tareas y del modo de vida, la movilizacin en campaas, la desaparicin de lmites de clase, la invasin del espacio privado en el terreno de las relaciones interpersonales produjo un terremoto social que resquebraj el espacio de privacidad individual o familiar ya tradicional, lo que afect gravemente a los ncleos familiares. La tendencia a identificar la proyeccin de la imagen del ciudadano con la de su militancia poltica uniformiz patrones de conducta que la informalidad de las situaciones sancion como correctos, pero que con el tiempo daran resultados diferentes a los esperados.
Al cabo de casi medio siglo, una mujer de cuarenta aos se vio obligada a preguntarse a s misma y a acudir a buscar la respuesta de su madre sobre si todo lo que se haba hecho en Cuba hasta ahora estaba mal.
Cuando se escuchan las quejas de miles individuos de diferentes sectores sociales sobre los males de esta sociedad en asambleas y congresos, sabemos que no estamos en un lecho de rosas. Lo que no veo es la identificacin de los reales culpables de tamao desbarajuste. Porque mientras no se llegue a las causas verdaderas de esta especie de ira que impulsa a actos vandlicos a muchos ciudadanos, no podremos eliminarlos y seguiremos siendo vctimas de ellos. Por cincuenta aos ms?
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