Cuatro cuchillos k1h27
Jos Hugo Fernndez
LA HABANA, Cuba, abril (cubanet.sergipeconectado.com) - Cuatro cuchillos de mesa estuvieron a punto de malograrle a Mayra Domnguez la oportunidad, acariciada por aos de mudarse a vivir con su familia en Miami.
A pocas horas de tomar el avin, funcionarios del Ministerio del Interior fueron a visitarla, en La Lisa, para ver si dejaba intactas para su incautacin -como se lo exige la ley- tanto su casa como todas sus propiedades, desde muebles y equipos hasta los ms insignificantes enseres.
Sucedi entonces que segn el censo realizado das antes por otros funcionarios del Ministerio del Interior, en la cocina de esta habanera sometida a requisa sin contemplaciones, como un vil delincuente, faltaban cuatro cuchillos. Y as Mayra volvi a ver su proyecto de viaje en el pico del aura.
Confieso que he debido vencer ciertos escrpulos para contar esta ancdota. Es tan ridcula que no parece si no uno de esos recursos empleados por los reporteros mediocres para ganarse el potaje jugando a inventar el agua fra. Luego, adems de ridcula, tambin puede parecer poco creble para quienes no conocen debidamente los tristes casos y cosas de casa.
Por suerte, son ya demasiadas las personas que estn al corriente del rosario de humillaciones y absurdidades que debe soportar cualquier cubano cuando decide irse a vivir a otro pas, muy en particular a los Estados Unidos, sean cuales fueran sus motivaciones.
Mayra opt por responder al ridculo con el ridculo como nica alternativa para impedir que los funcionarios demoraran o interrumpieran sus planes: fue a casa de la vecina a quien haba regalado los cuatro cuchillos e hizo que se los devolviera con el argumento de que hasta que no entregara los cuchillos no la dejaran viajar. Y tuvo suerte. Porque as logr sacudirse de una segura frustracin. Aun cuando en lo adelante tenga que arrastrar otras frustraciones mayores, tambin ocasionadas por su decisin de partir en busca de nuevos horizontes fuera de Cuba.
La primera y la ms traumtica de tales es la de haberse visto obligada a hacer dejacin de su carn de identidad, lo cual, segn la sicologa canalla de los funcionarios del rgimen, equivale a privarla de su estatus de cubana. La segunda es verse condenada al destierro, sin derecho a regresar a su patria en el momento y bajo las circunstancias que ella mismaelija de acuerdo con sus librrimas ganas. La tercera es haber perdido de un tirn sus derechos como ciudadana del pas en que naci y creci y so y sufri, y del cual, para sufrir un poco menos, tuvo que alejarse. La cuarta es haber sido despojada como legtima duea de todas las pertenencias que llenaban su hogar y que eran fruto del esfuerzo de toda su vida.
Hay ms, pero para ilustrar la ignominia tal vez alcancen estos cuatro cuchillos que durante decenios el rgimen ha venido clavando en el corazn de los cubanos.
Lo ocurrido a Mayra Domnguez es slo otra raya para el tigre, una entre cientos de miles, pero cae pintada para traer de nuevo a colacin ese pretendido plan para eliminar prohibiciones absurdas que segn tanto cacarean los medios de informacin se est aplicando hoy en la Isla.
Si se trata de un plan verdaderamente serio y no de otro ejercicio de poltica cosmtica, muy bien debieron empezar por la eliminacin de prohibiciones que adems de absurdas y tremebundas se empecinan en negarle el merecido reposo a nuestro apstol Mart, imponiendo justo lo contrario de aquel deseo suyo de que la ley primera de nuestra nacin sea el respeto a la dignidad plena de los seres humanos.
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