Crnicas
24 de abril de 2008

Ni se mueve 6v1e6z

Odelin Alfonso Torna

LA HABANA, Cuba, abril (cubanet.sergipeconectado.com) - El lunes 21 de abril recib la visita en mi casa de dos colegas de la prensa independiente, los periodistas Luis Cino y Richard Rosell. Despus de estrecharnos las manos Cino pregunt

-Cmo ves la cosa Richard?

–La cosa ni se mueve, contest Rosell.

No podamos imaginar, debido al inaccesible o que tenemos con la prensa extranjera acreditada en Cuba, que apenas horas antes las Damas de Blanco se haban atrincherado en la Plaza de la Revolucin para pedir la excarcelacin de los prisioneros polticos y de conciencia. Acto seguido, como de costumbre, las pacifistas eran abatidas por una pequea escuadra de mujeres amaestradas por el rgimen para estos menesteres.

Por qu atajo se dirigen los cambios que el totalitarismo vocifera a los cuatro vientos?
Acaso hay que esperar saturar el mercado de divisas con DVD, autos, bicicletas elctricas u otras bisuteras tecnolgicas para darle vigencia a los acuerdos suscritos por Cuba en las Naciones Unidas, en materia de derechos civiles, polticos, religiosos y culturales?

No podemos creernos seres libres alojados en un hotel de segunda categora y con un telfono mvil en la cintura. Si a esta suerte de apertura mercantil se le llama cambio Cul ser la nueva variante de la tonfa o el nuevo eslogan de las Brigadas de Respuesta Rpida?

Comparto la teora de mi colega Richard, “ni se mueve”. La nacin sigue con el freno puesto. La casta dirigente tiene que evitar a toda costa que nos desboquemos a causa de tantos deseos reprimidos.

No es razonable hablar de cambio cuando apenas un presidente clonado por la Asamblea Nacional abre el teln de palacio para dar el visto bueno o malo de su mandato. No es razonable hablar de cambio cuando un soldado saturado de ideas y con el cetro en la mano, reflexiona y dice que no permitir la subversin en Cuba.

Pienso que las reformas se hundieron en el estrecho de Florida junto a miles de cubanos que perecieron al abandonar este barco, anclado por ms de 49 aos. Difcilmente podremos movernos, an cuando existen quienes creen en las historias tergiversadas del gobierno sobre la lucha pacifica en Cuba.

As lo afirm el artfice de la perestroika, Mijal Gorbachov, en su paso por Miami. “Pienso que Ral Castro continuar, de muchas maneras, la causa de su hermano”.
No ser de “muchas maneras”, sino de la misma manera que la causa revolucionaria de los recios militares frenar cualquier pice de disensin con el poder totalitario en Cuba.

El martes 22 de abril, la nota de prensa publicada con el ttulo de “Fracasa provocacin contrarrevolucionaria”, fue leda en los matutinos de escuelas y centros laborales. En su segundo prrafo dice: “Entre sus intenciones estaba reclamar la excarcelacin de contrarrevolucionarios sancionados por actividades contra nuestro pueblo”.
Ninguno de los prisioneros encarcelados en la Primavera Negra de 2003 actu en contra de nuestro pueblo, y s a favor de la democracia y el respeto a las libertades civiles.
Acaso no se considera pueblo a esos que se solidarizan y piden un autgrafo, aceptan un gladiolo, o simplemente felicitan a las Damas de Blanco en sus caminatas dominicales por Quinta Avenida?

Entonces que es lo que vemos moverse?

Se mueven los nuevos mnibus Yutong y el ltimo metro bus (camello) que se traslada hacia Provincia Habana. Se mueve aceleradamente el contador de la electricidad, el dinero recaudado por las ventas de celulares, DVD y videocaseteras. Se mueven los conciertos, la trova, las galeras de artes y los libros escogidos por el Ministerio de Cultura hacia las prisiones del pas.

Sobre la disidencia interna, no hay dudas de que el rgimen tiene el dedo puesto sobre la pausa. No sabe, o no quiere saber, qu atajo coger despus que firm los pactos sobre derechos humanos el pasado 28 de febrero.

Hoy los desertores, disidentes y blogueros se multiplican. Los que dicen salir espontneamente a las calles, slo son personajes amaestrados por la polica poltica que reciben clases extras con merienda reforzada incluida. Hay que saber ladrar y ladrar bien, pero cuidado con morder.

El rgimen es el nico que sabe por qu el barco se mueve para algunas cosas, aunque para otras no lo considere conveniente.

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