Crnicas
28 de abril de 2008

Positivos cambios 1yf34

Jos A. Fornaris

LA HABANA, Cuba, abril (cubanet.sergipeconectado.com) - La gloriosa Seguridad del Estado (polica poltica), guardiana de la libertad, desbarat en la maana del pasado lunes 22 de abril un peligrossimo acto contrarrevolucionario que comenz a desarrollarse en reas de la Plaza de la Revolucin (erigida en tiempos de la “oprobiosa dictadura del general Fulgencio Batista”).

Esa fuerza arremeti con energa contra el grupo de peligrossimas mujeres, diez en total. Algunas de ellas con edad para ser abuelas, y vestidas de blanco, que pensaban exigir, nada ms y nada menos, que sus familiares presos polticos fueran puestos en libertad.

Como pruebas irrefutables de la justificacin para que varias de esas mujeres fueran arrastradas hasta el sitio donde se encontraban los vehculos en que fueron trasladadas a sus respectivos domicilios, la televisin nacional mostr dos fotos donde se les puede apreciar sonriendo junto al jefe de la Seccin de Intereses de Estados Unidos en La Habana, Michael Parmly y su esposa en la residencia de este funcionario del imperio.

Pero donde est ms explicita la culpabilidad de estas mujeres es en el fragmento de la conversacin telefnica que algunas de ellas sostuvieron durante 22 minutos con la congresista estadounidense Ileana Ros-Lethinem.

La congresista dijo cosas tan comprometedoras como: “Estoy feliz de hablar con ustedes. Mi padre les enva saludos”. Mientras que una de las peligrosas mujeres del patio, Laura Polln, le manifestaba: “Nosotras tambin estamos muy contentas de haber podido hablar con usted”.

El acto contrarrevolucionario fue de tal magnitud, que la Revolucin se vio obligada a reconocer pblicamente que las llamadas telefnicas de los ciudadanos son escuchadas y grabadas. Ahora seguramente habr algn tipo de infundio sobre las buenas intenciones que tiene el gobierno de Cuba a la hora de violar las leyes y la privacidad de los ciudadanos interviniendo sus telfonos.

Con “la provocacin burda y descarada en los alrededores de la Plaza de la Revolucin”, y con las pruebas presentadas en la televisin sobre esas peligrosas mujeres que visten de blanco, y que portan armas muy peligrosas: verdad y razn, el gobierno espaol de Jos Luis Rodrguez Zapatero no tendr dificultad alguna en demostrar ante la Unin Europea, que la istracin del General Ral Castro est tratando de realizar cambios muy positivos hacia la democracia en la isla.

Mientras tanto, en Cuba habr que tener en cuenta los nombres de los actuantes contra las enemigas vestidas de blanco para candidatos a medallas al valor, seguramente se les pondr en el mismo sitial de los que hundieron el remolcador 13 de Marzo en 1994.

Deca Nicols Maquiavelo, ese hombre que siempre se mantiene actual: “Nada contribuye ms a la estabilidad y firmeza de una repblica como organizarla de suerte que las opiniones que agitan los nimos tengan vas legales de manifestacin”.

Este florentino tambin asegur hace casi cinco siglos, que quien se empee en fundar una repblica procure ms el bien comn que el de su propio bien.

Pero las tiranas ni siquiera se interesan por leer bien a Maquiavelo, lo nico que
saben hacer de manera destacada (se empean mucho en eso), es ser estpidas.


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