Acadmica
estadounidense desmantela mitos sobre la salud pblica cubana
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Katherine Hirschfeld
vivi nueve meses en la Isla y fue afectada por una epidemia
de dengue. En 2006 public un libro que caus polmica
entre los estudiosos de EE UU.
Ivette Leyva Martnez, Miami
Cuando la estudiante norteamericana Katherine Hirschfeld,
enferm de dengue en Cuba, todas su ideas sobre el sistema
de salud pblica de la Isla comenzaron a caer como un castillo
de naipes.
Hirschfeld vivi en la Isla nueve meses entre
1996 y 1998, como parte de sus estudios de doctorado de Antropologa.
En 2006 public Health, Politics and Revolution in Cuba since
1898, una inusual obra dentro de los crculos acadmicos
de Estados Unidos, que disecciona del mito de la salud pblica
cubana.
El libro combina la experiencia de Hirschfeld como
paciente de dengue y estudiosa del sistema de salud en los noventa
con un anlisis de la influencia de Estados Unidos en ese
sistema desde 1898 hasta el perodo pre-revolucionario.
Hirschfeld, actual profesora asistente de Antropologa
de la Universidad de Oklahoma, ofreci una conferencia el
jueves en la Casa Bacard de la Universidad de Miami tomando
como punto de partida los mitos que ha ayudado a difundir el documental
Sicko de Michael Moore.
"Es evidente para los que hemos conocido de
primera mano el sistema de salud de Cuba, que lo que se ve en el
documental es una puesta en escena, una falsificacin",
afirm Hirschfeld. Sin embargo, esa imagen es la que predomina
en muchos sectores de Estados Unidos.
"La gente proyecta en Cuba sus esperanzas e
ideas sobre un buen sistema de salud, eso forma parte del fenmeno
del mito. Cuba es una gran laguna para los investigadores estadounidenses.
La mayora se basa en las estadsticas oficiales del
gobierno cubano que publican las revistas mdicas, las cuales
no son cuestionadas; casi ningn investigador viaja all,
o si lo hace es por muy poco tiempo y se mantiene en instituciones
oficiales, o no habla espaol, o no comprende los giros cubanos
del idioma", indic.
Vctima de una epidemia 'secreta'
Hirschfeld tuvo la inusual oportunidad de pasar un
tiempo largo en la Isla y convivir con una familia en Santiago de
Cuba. "Al principio yo era la extranjera estpida. Pero
cuando uno entra en la dinmica de una casa cubana, la perspectiva
cambia. El almuerzo es como un momento de revolucin: la
gente comienza a quejarse de las carencias que tiene, a pensar en
la comida que desea y en cmo obtener las cosas te convierte
diariamente en un criminal a causa de todas las prohibiciones",
record.
"Esa experiencia no la tienen los investigadores
acadmicos por lo general", dijo.
Aunque en Santiago de Cuba circulaban rumores sobre
una epidemia de dengue, durante las entrevistas de Hirschfeld a
mdicos de la familia estos negaban la informacin.
Hasta que ella misma enferm.
"Las primeras enfermeras que me vieron se negaron
a darme un diagnstico, y eso ya comenz a parecerme
sospechoso; cuando les pregunt si era dengue dijeron que
iban a llevarme a un hospital, y cuando dije que no quera
ir me di cuenta de que esa opcin no exista",
relat.
La ambulancia nunca lleg y un vecino tuvo
que llevarla a la clnica para extranjeros de Santiago de
Cuba. "Cuando llegu, el personal mdico estaba
viendo una pelcula. Slo cuando esta termin
fueron a examinarme, y decidieron que no tenan medios apropiados
para tratarme all, de modo que me enviaron a un hospital
comn y corriente".
Hirschfeld fue colocada en una sala con 20 enfermas
de dengue, y su sorpresa fue mayor cuando vio a un guardia armado
custodiando la puerta. "Dios mo, pens. Estoy
en un lugar que no existe".
Durante su estancia de varios das en el hospital,
Hirschfeld nunca fue vista por un mdico. Los paramdicos
le hicieron un par de exmenes —ultrasonido, prueba
de sangre—. Afortunadamente, padeci una variante leve
del virus, pero la vivencia fue aleccionadora.
Autoritarismo, negligencia y escasez de recursos
"El hospital no tena una condiciones
sanitarias adecuadas. El dengue es trasmitido por un mosquito y
no haba aire acondicionado, las ventanas estaban abiertas
permitiendo la entrada de esos vectores, vi una mancha de sangre
en el piso durante das sin que nadie la limpiara",
rememor.
Ese panorama, asegura la acadmica, tiene
ecos de lo sucedido en Europa oriental y tambin de la realidad
cotidiana de otros pases del Tercer Mundo. La diferencia
con estos ltimos, dijo, es que en el caso cubano las autoridades
se empean en mantener una imagen idlica que no existe.
"Cuando escasean los recursos, los hospitales
se convierten en vectores que propagan enfermedades", afirm.
Los esfuerzos de Hirschfeld por obtener cifras de
la epidemia de dengue y su extensin fueron infructuosos,
y en una ocasin en que intent obtener otras estadsticas
le informaron para su asombro que eran secretas.
La profesora de Antropologa considera que
el autoritarismo en el sistema de salud pblica es coherente
con un pas donde no se puede difundir la Declaracin
Mundial de los Derechos Humanos.
"No hay leyes de derechos de los pacientes,
ni ninguna nocin de derechos humanos dentro del sistema
de salud de Cuba… Los pacientes acatan lo que dicen los mdicos
y lo que establece el sistema de salud. Si hay casos de mala prctica,
la gente no se atreve a denunciarlos".
En el caso de brotes de enfermedades tropicales,
"hay miedo a contradecir la versin oficial. La epidemia
de dengue que yo viv fue denunciada ante los organismos
internacionales de salud por el doctor Dessy Mendoza y por eso fue
encarcelado. Si una epidemia es secreta no se puede lanzar una campaa
de prevencin, lo cual, en el caso de ese brote de dengue,
hizo que se propagara la enfermedad. Ni siquiera se le advierte
a los turistas", afirm.
Mendoza fue condenado a 8 aos de prisin
por "propaganda enemiga", cumpli uno y medio y
fue obligado a exiliarse.
Dudas sobre las estadsticas que exhibe el
rgimen
En cuanto a algunas de las estadsticas ms
preciadas del rgimen, como la baja tasa de mortalidad infantil,
Hirschfeld dijo que es difcil saber si son confiables. Ms
all de eso, "el sistema cubano est volcado
a indicadores como ese, sin importar los mtodos para lograrlo,
u otro tipo de atencin mdica que tengan que sacrificar".
"Muchas mujeres con embarazos de riesgo suelen
ser obligadas a internarse en las casas maternas de donde no pueden
irse, y en al menos un caso supe de una esterilizacin forzada
a una con problemas repetidos en sus embarazos", afirm.
El libro de Hirschfeld encontr gran resistencia
entre sus colegas de la academia estadounidense, al contradecir
las informaciones usualmente manejadas para el estudio del sistema
de salud cubano.
"Pedirles a ellos que vieran ms
all pareca como pedirles que vieran los invisible”,
acot. A pesar de eso, "los acadmicos jvenes
son ms flexibles y la gente est ms lista
ahora para escuchar sobre Cuba algo que vaya ms all
de lo que dice la mitologa", asegur.
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