Cules son los cambios? 4g13u
OSCAR ESPINOSA CHEPE / El Nuevo Herald 6c1c4y
La Habana -- Nuevamente la prensa cubana se ha referido a la necesidad de cambios en la agricultura. En esta ocasin se trata de la segunda parte del artculo ''Viaje al centro de la Tierra'', publicada por el diario Juventud Rebelde el 23 de diciembre pasado. En este trabajo se confirma la existencia de consenso sobre la urgente necesidad de transformaciones en el agro cubano, que permitan elevar la produccin en momentos cuando los precios de los alimentos importados crecen impresionantemente. 5w2d47
Aunque se dan criterios interesantes, no se llega a conocer los alcances de los cambios y si respondern a los requerimientos. Existe temor sobre la aplicacin de simples medidas superficiales que, en lugar de resolver los problemas, pudieran incluso agravarlos.
Las transformaciones que requiere la agricultura cubana deben ser radicales, mediante el a la tierra a quienes realmente quieran cultivarla y no una mera reparticin de pequeas parcelas en usufructo, o sea, la creacin de innumerables minifundios que a mediano plazo podran acarrear dificultades adicionales. El campo cubano necesita, adems, el otorgamiento de garantas jurdicas a los campesinos de que las reas recibidas no las perderan por vaivenes polticos, y de ser entregadas con la nica condicin de ser explotadas de manera eficiente y racional.
Si alguna experiencia han aportado estos casi 50 aos de desastre agrcola es que la propiedad estatal no es tan social como se ha querido presentar, ni la propiedad privada est tan alejada de los intereses de la colectividad. Al contrario, las entidades estatales --generalmente subsidiadas por una crnica falta de rentabilidad-- han sido fuentes de enormes prdidas para la nacin, desvos de recursos e improductividad, en el marco de una gestin burocratizada de falsas cooperativas o empresas donde el criterio de los trabajadores siempre ha estado ignorado; mientras los vilipendiados agricultores pequeos, sin recursos y coartados por mltiples prohibiciones, han constituido el sector ms productivo, el mejor suministrador de alimentos a la poblacin y riquezas al erario pblico con el pago de sus impuestos. Slo basta recordar que con alrededor del 30% de la tierra cultivable, incluida la no tan productiva de las cooperativas de produccin agropecuarias (A), han logrado ms del 65% de la produccin total. En contraposicin, las tierras estatales se han convertido en extensos marabuzales.
Por otra parte, el mal manejo de las tierras y el riego inadecuado ha ocasionado millones de hectreas seriamente daadas por salinidad, compactacin, falta de drenaje, erosin y otros males, fenmenos reconocidos en las estadsticas oficiales.
Es urgente resolver estos problemas resultantes de la indolencia prevaleciente durante tantos aos, mediante personas que quieran sus tierras y estn dispuestos a realizar inversiones para mejorarlas, lo cual requiere garantas de permanencia como propietarios privados, con libertad para cultivarlas y sin las tenazas del minifundio que obligara a agotar la riqueza de los suelos, sin la rotacin necesaria de los cultivos y con dificultades para la aplicacin de tcnicas novedosas.
Es necesario que los cambios brinden libertad a los agricultores para adquirir los recursos y poder decidir las actividades a realizar segn sus intereses y conveniencias. Asimismo debern tener completa posibilidad de decidir los precios de sus productos.
Coincidimos con la apreciacin de un experto, recogida en el mencionado artculo, de que los agricultores deben tener derecho a poseer una casa digna, buenos muebles, artculos electrodomsticos, tcnica de labranza moderna y a comprarse un carro. El trabajo en el campo es sumamente duro y sacrificado, por lo que lgicamente debe recibir la retribucin correspondiente.
En el artculo tambin se menciona la masiva desercin de especialistas de los campos en busca de una mayor retribucin en otras esferas de la vida nacional. Constituye una verdadera vergenza lo narrado sobre el ingeniero en mecanizacin agrcola empujado a convertirse en pregonero y vendedor de viandas a domicilio, una triste situacin experimentada hoy por miles de especialistas de nivel superior y medio, no slo del sector agropecuario.
Por supuesto, se requieren polticas fiscales y crediticias adecuadas; diseadas para crear un clima propicio a la productividad agrcola. Al mismo tiempo, debe racionalizarse la daina estructura burocrtica actual. El Ministerio de la Agricultura debera convertirse en una entidad de orientacin metodolgica y el estado, aunque podra seguir istrando determinadas reas agrcolas bajo condiciones racionales, deber esforzarse fundamentalmente en el financiamiento y gestin de centros de investigacin y desarrollo, as como de obras de infraestructura en apoyo a la agricultura.
Estas polticas en modo alguno deben limitar el derecho de los agricultores a la formacin de verdaderas cooperativas, basadas en la libre voluntad de los campesinos. Paralelamente, tendran que reestructurarse los mecanismos de acopio y comercializacin. El estado podra continuar participando en esa actividad, pero tambin deben tener derecho entidades cooperativas y privadas, en un plano legal de igualdad. Hoy, gran parte de los productos agrcolas no se recolectan en el campo debido a la ineficiencia de las entidades estatales, que adems se han destacado por el impago a los campesinos.
Las reformas no deben demorarse ms. El pas est gastando ms de 1,500 millones de dlares anuales en la compra de alimentos, que podran producirse en nuestros campos en su inmensa mayora. Las transformaciones en pequeas dosis y demasiado tarde no resolveran absolutamente nada. Sera insensato en estos momentos querer hacer cambios para que todo quede igual o peor.
Economista y periodista independiente. 654qs |