9 de mayo de 2008   IMPRIMIR   VOLVER AL INICIO
 
CRÓNICA
 

La  manía  de  simplificarlo todo (I) 2a1r

Laritza Diversent Cambara

LA HABANA, Cuba, mayo (cubanet.sergipeconectado.com) - El gobierno cubano ha reconocido públicamente que le preocupan las indisciplinas, las ilegalidades y el vandalismo en nuestra sociedad. El 28 de abril, por medio del programa  televisivo Mesa Redonda informativa, reafirmó que no iba a dar espacios a este tipo de problemas que  afectan la tranquilidad ciudadana.

Estas conductas  atentan principalmente contra los bienes públicos o de uso común, pero la población cubana no los ve, ni lo asume como tal. La propiedad social es del Estado. Un ente superior, impersonal, omnipresente. Es la generalización de un sentimiento de no pertenencia por las cosas comunes. 

Reconocen que en nuestra sociedad se están sistematizando actitudes negligentes que se salen del orden regularmente establecido. Están de acuerdo en itir que estamos ante  el desarrollo de un espíritu de abandono, decadencia y destrucción que no respeta nada.

Con propaganda política tratan de simplificar estos problemas sociales tan complejos. Los medios de comunicación construyen arquetipos para influir en el inconsciente colectivo. Tratan de persuadir a la población con campañas publicitarias que esquematizan ciertos patrones de conducta.

La perorata versa sobre cuestiones puramente subjetivas. Dieron como solución al fenómeno, elevar la conciencia y moral colectivas. Nuevamente se evidenció la tendencia a forma esquemas. Todo es organizar y convocar al pueblo en esta importante batalla. Fuerza obrera contra la indisciplina, batalla juvenil por la decencia.

 La indisciplina social y las ilegalidades deben entenderse en el contexto del conflicto político económico. El gobierno trata de circunscribirlas dentro de la psicología individual, ocultando la naturaleza política y social de estos comportamientos en la comunidad,  y de las relaciones injustas  que se están desarrollando cada vez mas en nuestra sociedad que generan ideas e intereses opuestos.

No les convino reconocer que estos actos sociales negativos y su tolerancia por la población son formas de rebelarse contra la dominación del Partido. El rechazo a sus posiciones ideológicas ha generado inquietud y agitación.

No erradicarán el problema saltando por encima del análisis de la situación. No están haciendo conciencia, sino esquematizando. Pero su lógica se entiende.

En estos años de socialismo, han variado sustancialmente las características y actitudes de la población cubana. Ha disminuido el  estado de ánimo, individual y colectivo.

Somos una población resignada a no creer en  la posibilidad de cambiar la realidad adversa que nos agobia. Nos convertimos en un rebaño que sigue las ideas y delirantes iniciativas de la burocracia obsesionado con el poder.

 

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