Cuba sin bloqueo
Laritza Diversent
LA HABANA, Cuba, abril (cubanet.sergipeconectado.com) - Marta tiene 30 años, es ingeniera eléctrica, soltera y sin hijos. Es difícil para ella, que nació bajo el socialismo, imaginarse una Cuba sin bloqueo. Se pregunta si en una semana podrían comprarse 48 locomotoras o los materiales de un curso escolar completo. Rápido, saca una conclusión: “si esa es la razón de nuestros males, debe desaparecer”.
Desde pequeña, ha escuchado que el bloqueo es el culpable de todas las desgracias. Por incompatibilidad ideológica sus padres se separaron. Su papá reside desde hace 15 años en los Estados Unidos. Agradece muchísimo que hayan levantado las restricciones a los viajes de los cubanos en ese país. Dentro de una semana volverá a verlo.
Sin embargo, no puede comunicarse con su padre por correo electrónico porque le dijeron que el gobierno norteamericano no permite que Cuba se conecté al cable de fibra óptica que bordea a la isla. Entonces se pregunta a sí misma: ¿Qué pasaría si Estados Unidos elimina el embargo comercial? ¿Podrá el gobierno cubano, en medio de la crisis económica pedir y obtener créditos? Economías más desarrolladas que las nuestras colapsan ante la situación mundial.
¿Realmente sin bloqueo saldrá el país del estancamiento económico a corto plazo, y las demandas de la población serán satisfechas? ¿Tendrá la nación la capacidad económica necesaria para aumentar los salarios, mejorar la alimentación, construir viviendas, aumentar el transporte, y crear centros recreativos para el disfrute de todos?
¿Desaparecerán las frustraciones que conducen a miles de cubanos a perderse en el alcohol y las drogas? ¿Dejaran los jóvenes de ambos sexos de prostituirse en los sectores turísticos? ¿Desaparecerán los asaltos en las calles, los robos en viviendas habitadas y en los centros laborales? ¿Se esfumaran las ilegalidades, la corrupción, el ausentismo laboral? ¿Dejaran los cubanos de salir del país legal o ilegalmente? ¿Regresaran los dos millones y medio de compatriotas regados por el mundo?
¿Qué justificación existirá, cuando no haya bloqueo, para atropellar los derechos ciudadanos y la libertad? La situación de hoy no es la de hace 20 años. Son demasiados los problemas sociales internos que se han acumulado.
Marta no sabe cuántas semanas necesitará el gobierno para resolver esos problemas. No cree que la desaparición del embargo implique la solución de los mismos. Pero está cansada de que nada se resuelva por culpa del “bloqueo genocida”.
Ella quiere tener futuro. Casarse y formar una familia. Pero los 425 pesos mensuales (20 dólares) que gana no le permiten realizar sus sueños. Está de acuerdo con que el gobierno norteamericano, unilateralmente, decida eliminar el bloqueo. Ella desea el cambio y reconoce que de alguna parte tiene que nacer la iniciativa.
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