Silencio garantizado m6u51
Leonel Alberto Pérez Belette
LA HABANA, Cuba, junio (cubanet.sergipeconectado.com) - Una nueva modalidad de prostitución ha surgido en La Habana, lo cual sería motivo para reír de no ser por el dramático trasfondo que esconde el fenómeno. Por primera vez los clientes del oficio más viejo del mundo pueden estar seguros de se mantendrá silencio sobre el servicio que reciben. Los hombres y mujeres que ofrecen el servicio, a quienes me refiero, son sordo-mudos. Ante la depauperación de la económica nacional la prostitución se afianza como medio de subsistencia para muchos.
Transitando por La Rampa tuve la oportunidad de compartir con varios individuos que me dejaron lelo. Pensaba que en materia de prostitución ya lo había visto casi todo. Encontré a hombres y mujeres con disímiles grados de logopedia y deficiencias acústicas, que en la mayoría de los casos se dedican a la prostitución. Sostienen fluidas y acaloradas conversaciones entre ellos, pero nadie se entera de lo que hablan, pues emplean el lenguaje de las señas para comunicarse.
Los que tienen un grado mayor de audición son los que se dedican a concertar los tratos con los clientes, sin llegar a ejercer como proxenetas. A buscar estos servicios acuden cubanos solventes económicamente, turistas, extranjeros residentes en el país y diplomáticos.
Se trata de un conjunto de adolescentes, jóvenes y adultos de diferentes procedencias sociales y grados de instrucción.
Ojo: no cometer el error de mal interpretarlos porque no todos se dedican a la prostitución; el interlocutor que más o menos hablaba, me aclaró que algunos de los que integran la comunidad son convocados al lugar por su problema, ya que no existen otros sitios de esparcimiento donde puedan congregarse sin que medie una organización politizada o sean mirados como extraterrestres por el resto de la población.
Aunque su gesticulación espanta incluso a los policías, casi todos son excelentes personas, mucho más abiertas al trato que la gente común. De ellos, los que se dedican a la prostitución, lo hacen por lo mismo que los otros cubanos del gremio.
La prostitución experimenta un auge en Cuba, y se ha transformado en oficio cotidiano aceptado por la moralidad imperante. Hasta las autoridades parecen haber comprendido que la represión sólo incrementa la corrupción y crea conflictos mayores.
|