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¿Como Dios los hizo?

José Hugo Fernández 4p2v6e

LA HABANA, Cuba, agosto, cubanet.sergipeconectado.comv -Cada cual es como Dios lo hizo y hasta peor a veces. Así lo sentencia el refrán popular, nunca mejor aplicado que a propósito de la polvareda que ha levantado El Consejo Arquidiocesano de Laicos de La Habana en una muy airada protesta contra lo que vagamente llama la “oposición radical”, pasando por alto el dato de que en Cuba toda verdadera oposición está forzada a ser radical, ya que bajo una dictadura totalitaria no resulta viable (tal vez ni siquiera sea posible) hacer oposición política si no se hace desde el radicalismo.

El antecedente, muy bien conocido, es una carta que un grupo de disidentes cubanos envió al Papa Benedicto XVI quejándose de lo que consideran desenfoques y errados manejos por parte de los obispos católicos de la Isla en su mediación ante el régimen para el actual proceso de indultos a los presos políticos. 
No está en nuestro interés ahora, por considerar que ha sido un tema ampliamente abordado en los medios internacionales de información, sopesar cuánto de acierto y desacierto contiene esta carta, firmada ya por más de trescientas personas.

Quizá resulte suficiente con aclarar dos detalles: a) que aun con sus enormes limitaciones, la mediación de los obispos no les ha venido mal a nuestros prisioneros políticos, así que de momento no nos queda sino agradecerla; b) que estos disidentes tienen el derecho de interpretar la mediación a su manera y de enviarle al Papa, o a quien sea, tales interpretaciones, sin que por ello haya que poner en duda su honestidad política, mucho menos la limpieza de sus actos.

Lo único que nos faltaba es ver a los católicos cubanos fajados entre sí, unos acusando a los otros de aplicar “la política del odio” (acusación muy grave, más cuando se esgrime sin pruebas) y abordando desacuerdos no con el espíritu indulgente que enseñan sus doctrinas sino con la jerga árida y rencorosa del régimen.

Porque no es sino esta jerga la que prima en la declaración del Consejo Arquidiocesano de Laicos de La Habana, sobre todo cuando lanza acusaciones tan peregrinas como la que sigue: "Fuerzas cubanas asentadas dentro y fuera de nuestras fronteras geográficas, conectadas a redes políticas internacionales, han intentado hacer ver que la liberación de los presos por motivos políticos ha sido el resultado de la 'presión internacional' y de la 'lucha' de la disidencia interna; no de la moderación y de la disposición al diálogo entre actores sociales y políticos".

Obviamente esta es una aseveración que no sólo elude la verdad, como lo confirman los hechos que algún día pasarán a la historia, sino que parece estar redactada con términos del periódico Granma y no con el lenguaje imparcial, responsable y conciliador de la iglesia católica.

Lo mismo podría decirse sobre otros párrafos de la descompuesta pataleta que El Consejo Arquidiocesano de Laicos de La Habana acaba de hacer pública a través de su revista Espacio Laical. Pero lamentablemente el espacio no da para tanto.

Apenas nos alcanza para otra breve puntualización: A tenor del tema, se asegura que los promotores de la carta al Papa hicieron que algunos católicos de aquí la firmaran sin conocer todo su contenido. Si ello fuera cierto, se trata de una práctica que contradice lo que hasta hoy ha sido el transparente proceder del movimiento opositor interno. Y desde luego que sería un feo precedente, politiquero y abusivo, que requiere aclaración inmediata de los implicados. 

Sin embargo, cuesta creer que algo semejante ocurra donde, al menos teóricamente, no hay analfabetos. ¿Cómo conseguir que alguien suscriba un documento público sin haber leído su contenido?. No caben conclusiones medias: Se precisaría de una muy dudosa condición moral por parte de quienes lo tramitan y de una ingenuidad rayana en la estupidez por parte de quienes lo firman.

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