Francisco Chaviano González 6fq5g
LA HABANA, Cuba, agosto (cubanet.sergipeconectado.com) - Según el testimonio del escritor Gabriel García Márquez, su amigo Fidel Castro vivía obsesionado con los trabajos de inteligencia y contrainteligencia. En eso concuerdan otras personas allegadas al Comandante, como Carlos Franqui y Norberto Fuentes. Cuando la base de Lourdes (instalación rusa dedicada al espionaje electrónico) se clausuró, fue como si le quitaran al Máximo algo muy querido. “Escuchábamos todas las conversaciones telefónicas de Norteamérica, no habían secretos para nosotros” –dijo en aquella ocasión
También en el patio el espionaje se multiplicó para que Castro conociera todo y de todos. Los Comité de Defensa de la Revolución son una muestra. Su labor consiste en vigilar los vecinos. A nivel de zona la contrainteligencia cuenta con personas encubiertas y más confiables para todo tipo de investigación, quienes se encargan de informar el estado de opinión de la población sobre diferentes temas.
En este sistema que invade la privacidad del ciudadano, la eficiencia de la policía política y de la nacional revolucionaria, se basan en el chisme y la delación. Mecanismos similares existen en los centros de trabajo y estudio, y aunque en los últimos tiempos hubo una disminución en tal sentido, durante décadas controlaron totalmente la vida política y social de la nación.
Un rol importante en este empeño lo tiene la propaganda divulgada por los medios, que no dejan de machacar sobre la infalibilidad de los órganos policiales. Aseguran que lo saben todo y no reconocen nunca los fallos de esas instituciones.
Existe un ejército encubierto de soplones y provocadores, algunos de ellos reclutados entre los simpatizantes del régimen; pero la gran mayoría son forzados mediante chantaje. El pueblo vive aterrado, y no es raro que el novato participante en una acción antigubernamental entre en pánico y se delate a sí mismo y a sus compañeros.
La realidad y la imaginación se entremezclan en un delirio de espionaje que corroe al ser humano, y nunca se sabe dónde termina la maldad y comienza la invención.
Félix del Busto, vecino de 1ra. # 30615, en Santa Fe, municipio Playa, quien fuera miembro de la guarnición del Consejo de Estado, y luego chofer del Centro de Investigaciones de Energía Atómica, se queja de que está siendo objeto de espionaje por parte del gobierno al cual sirvió durante su vida. Del Busto asegura que le instalaron en el abdomen un chip de comunicaciones, que ha provocado numerosos trastornos en su organismo.
Del Busto, quien a simple vista parece estar en su sano juicio, se pregunta si están experimentando con él. Se ha quejado a todos los niveles, y nadie le hace caso.
|