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Horror en Holgun Juan Carlos Herrera Acosta, prisionero de conciencia 1ve4n

PRISIN PROVINCIAL DE HOLGUIN, Cuba, noviembre (cubanet.sergipeconectado.com) - Dentro de las prisiones de Holgun el nmero de reclusos que se auto lesiona es elevadsimo. Los mtodos que utilizan son horribles. Vivir un da dentro de un centro reclusorio de esta provincia es como visitar el infierno. Los militares tratan de hacer ver al pueblo y al mundo que las crceles son escuelas.

Un cerebro organizado no puede concebir el cuadro dantesco que da a da observo. Un recluso expres: “Si deseas conocer dnde se encuentran las prisiones en Holgun sigue las huellas de la sangre”. No fue una frase descabellada. Es la pura verdad. No existe una entidad gubernamental que realice un sondeo de porque se producen las mutilaciones.

Segn los uniformados, existe un grupo multidisciplinario compuesto por psiclogos y personal de “reeducacin”. Fachada y ms fachada! En la prisin provincial de Holgun, es nulo su trabajo, pero el represivo s est muy activo por todas partes.

Es muy doloroso observar los centenares de reos que se auto agreden. Ejemplos: se han abierto el abdomen, se hacen heridas en todo el cuerpo, se dan pualadas en el estmago; se tragan alambres, clavos; otros beben petrleo y productos txicos de todo tipo. Un militar me hizo saber que eso es normal aqu. Ya estamos cansados.

Muchos presos se han cortado las venas de los brazos ante mis ojos; se desmayan y todo queda en una aparente normalidad. Alega la direccin de la crcel que esta manera de actuar es un mal tpico en Holgun, pero nada se hace por ponerle fin, o al menos reducir el ndice de auto agresiones.

No hay esperanzas en esta prisin. Excesivas condenas, falta de derechos, violaciones, golpizas, hacinamiento extremo, un ambiente hostil totalmente, sin dejar de mencionar que casi no existe la atencin mdica y la alimentacin es una quimera.

Esta realidad debe conocerla el mundo, ya que el rgimen cubano la mantiene oculta. Esta es la cruda y agobiante realidad que se sufre en este rincn perdido del mundo, feudo de los hermanos Castro.

Juan Carlos Herrera Acosta fue condenado a 20 aos de prisin en la primavera de 2003