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Voy a invertir en tierras y caballos! 735h2a

Reinaldo Cosano Aln, Cubanacn Press

LA HABANA, Cuba, enero (cubanet.sergipeconectado.com) – La fortuna de Manso Contrera, depositada en un banco londinense hace ms de dos siglos e incrementada por los intereses, asciende a no menos de mil millones de dlares; segn los comentarios de un ciudadano espaol llegado hace un buen tiempo a Cuba para localizar a los parientes, familiares por lnea directa, del Manso Contrera de esta historia.

La breve estancia del espaol, al parecer, no dej nada claro, pero desat un torbellino que mantiene en suspenso a muchas familias cubanas, aspirantes a participar de la millonaria piata. Como para calentar ms el horno del tesoro, se dice que el banco britnico reclama la presencia en Londres de los herederos para darle camino a laherencia, que contina engordando.

Los herederos son innumerables. Basta poseer, aunque provengan del tiempo de la corneta, algunos genes Manso Contrera. Slo en el Liceo Nutico de Guanabo, al este de la capital, se congregaron alrededor de mil supuestos herederos, que llegaron de toda la isla convocados a la carrera para trazar una estrategia comn con el propsito de recuperar y distribuir la plata que supuestamente se congela en las bvedas del banco ingls.

El encuentro tuvo un buen efecto colateral: familiares lejanos y cercanos, desconocidos de siempre, se fundieron en un abrazo. Todo, en nombre del vil metaltrastocado en papeles.

El encuentro en el Liceo, y otros efectuados en la provincia Villa Clara han puesto un toque de esperanza y seriedad al asunto. Alejandro Prez Manso, de 35 aos, residente en la capital y presente en la cita guanabense, aclar, aunque sin explicar mucho, que le tocaban no menos de un milln de libras esterlinas que: “Pienso invertir en tierras en Gran Bretaa, y en la cra de caballos de pura raza” –declar.

Dignora Manso, por su parte, no est interesada en ir a Londres a buscar los centenes. Si puede, negociar con la Corona y el gobierno de Cuba la mejor inversin para su dinero. Los hay que piensan en la oportunidad de irse de Cuba y vivir como millonarios en el extranjero.

Rodrigo Triana, cuya bisabuela lleva el apellido Contrera, segn pudo averiguar, ha instruido a su hijo, tambin aspirante a baarse en oro, que renuncie a su parte de la herencia si el dinero fue mal habido, como se afirma. “No quiero ni un centavo, ni que me hablen de esa fortuna que est maldita y sucia” –dijo, orgulloso.

Un peridico de la antigua provincia central de Cuba de finales del siglo XVIII refera que, ante los frecuentes asaltos y saqueos a los pueblos y haciendas de la costa norte del centro del pas, la Corona espaola envi a Cuba al oidor y regidor especial Manso Contrera, para que pusiera fin a las tropelas de corsarios y piratas.

Manso actu en direccin contraria a los intereses reales, y aunque atac a cuanto maleante asomaba la cabeza, algunas veces se haca el sueco y negociaba con los cacos. Como un forajido ms, el tal Manso extorsionaba a los ricos hacendados, amparado en su autoridad.

Enterado el hombre de que Madrid exiga su retorno a la metrpoli, y seguro de que sera juzgado a cielo abierto, carg su nave con cuanto lingote de oro y plata encontr en su camino, y puso pies en polvorosa, dejando mar por medio, hacia la prfida y astuta Albin, donde fue recibido a cuerpo de rey, debido a la permanente enemistad entre Espaa y Gran Bretaa.

Los cazadores de fortuna actuales afirman haber encontrado slidas evidencias de la existencia del dinero en los archivos de las iglesias de la provincia Villa Clara, y en el convento de San Francisco, en la capital cubana.

Familiares de dos hermanos, llamados Fernando y ngel, lo mismo que otros ciudadanos, fueron citados a la notara provincial de Santa Clara para firmar la documentacin de parentesco. Ochenta personas, bolgrafo en mano, dispuestas a lo que fuera, provocaron el comentario de ngel: “Sea realidad o ficcin la herencia, hay algo positivo en este brete: ha permitido que nos encontremos un montn de familiares lejanos”.

Tambin con fantasas seconstruye la identidad de una nacin.

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