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Ver para creer 4z3r3e

Jos Hugo Fernndez

LA HABANA, Cuba, noviembre (cubanet.sergipeconectado.com) - Tan pesimistas como el santo que no estaba en plan de creer lo que no vea, e incrdulos como slo pueden serlo quienes han sufrido medio siglo de esperanzas frustradas, los cubanos de la Isla no parecen compartir las expectativas de aquellos que ahora hablan desde lejos sobre el inminente fin del bloqueo.

El tema est en las calles. Y propensos como somos al pintoresco axioma y a la filosofa de caf con leche, todos creemos tener la ltima palabra. Pero la ltima palabra de cada uno resulta ser igual a la de casi todos: Ni Obama ni Mahoma, en fin, nadie que no sea el propio gobierno lograr quitarnos de arriba los efectos del bloqueo, aun en el caso, no probable hasta hoy, de que el bloqueo sea eliminado.

Habr que esperar un poco para constatar si se trata de un discernimiento ms o menos certero. Pero es el que domina en nuestras tertulias de solar en este momento.

Cada cual desde sus propias limitaciones de miras y de acuerdo con sus posibilidades de expresin, la mayora coincide en el criterio de que el rgimen no est listo ni dispuesto ni resignado para el cese de una confrontacin que durante casi medio siglo ha sido su gran caballo de batalla, fuente de sus coartadas econmicas y tcticas polticas.

No es factible, ni es siquiera racional que Obama se permita (o le permitan) levantar el bloqueo sin condicionamientos previos. Y eso es algo que demuestra saber la gente de aqu. Como tambin sabe que nuestros mandarines lo saben. Por lo que es de suponer que a esta hora posiblemente estn ya redactando la “digna respuesta del pueblo al imperio que otra vez pretende mancillar nuestro honor y dignidad imponindonos condiciones”.

Ello, claro est, no ha impedido que nuestra gente de a pie se manifieste mayoritariamente complacida con la eleccin de Obama. Incluso, no quita que est esperanzada ante la promesa de algunas medidas suyas destinadas a la facilitacin de los os con nuestros familiares en los Estados Unidos.

Sin embargo, con respecto al bloqueo otro gallo parece cantar. Aunque ningn discurso lo trasluzca, y cuando el a las noticias reales se nos siga escamoteando oficialmente, hasta el gato sabe en estos predios que la eleccin de Obama ha situado al rgimen contra la pared, por ms de un motivo.

No conocemos a ciencia cierta en qu direccin estarn maquinando una nueva estrategia. Pero los conocemos a ellos, as que nos consta que estn obligados al diseo de renovados impedimentos para mantener en activo el fantasma de un enemigo tan ntimo y que tanto les ha beneficiado a los ojos del mundo.

Demasiado ingenuos fuimos durante demasiado tiempo. De modo que ahora no estara mal que nos dispensen por lo menos el derecho a la duda. Ver para creer.