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En Prado y Malecn 3o2p71 Frank Correa LA HABANA, Cuba, noviembre (cubanet.sergipeconectado.com) - Un periodista extranjero acreditado en Cuba sali a dar vueltas en su auto por La Habana para recoger informacin sobre la situacin del transporte. Quera un enfoque lo ms cercano posible a la realidad. Observ los mnibus repletos, las aglomeraciones en las paradas y los semforos, las personas que se acercaban a los autos para pedir botella. En Prado y Malecn mont en su auto a un hombre de mediana edad y buen porte, que le pidi que lo adelantara. El periodista le explic el objetivo de su viaje. Su deseo de llevarse un testimonio real. Le pidi colaboracin. El hombre cont al periodista los esfuerzos que haca el gobierno para mantener los nuevos mnibus chinos y la reestructuracin de las empresas de transporte, los incrementos de salario a los choferes y el pago de un por ciento en divisas como estmulo. Pero era insuficiente. Invit al periodista a salir de la ciudad hasta el primer anillo de la autopista nacional, donde se encuentra el punto de control. All los inspectores estatales obligan a los choferes de los autos estatales a llevarse a las personas que se aglomeran a la orilla de la carretera y que desean viajar a otras provincias. De regreso a La Habana, en medio de un campo solitario repleto de marab, el hombre extrajo una cuchilla y amenaz al periodista. -Si te bajas tranquilamente no te pasar nada. El periodista se baj sin oponer resistencia. El hombre se puso al timn y se march velozmente, dejando al comunicador sin auto, ni pasaporte, ni cmara fotogrfica. Confiesa que fue un da terrible, tuvo que regresar a La Habana en botella, y luego soportar largos interrogatorios de la polica que no le crea ni una palabra. Una semana despus lo citaron para hacerle ms preguntas. Sospechaban que era cmplice del robo para cobrar el seguro. Transcurrido un mes volvieron a citarlo. Esta vez frente a la lujosa mansin donde el auto haba aparecido, pero tuvo que esperar dos semanas para que los peritos trabajaran con las huellas. Finalmente le entregaron el auto con un neumtico ponchado y el cuenta millas muy por encima de cmo estaba en el momento del robo. El periodista decidi no escribir lo que le sucedi, ni el artculo sobre la situacin del transporte en la isla. |