cubanet.sergipeconectado.com
CubaNet no reclama exclusividad de sus colaboradores, y autoriza la reproduccin de este material, siempre que se le reconozca como fuente y su autor.

Espaa en su lugar 6x2p31

Miriam Leiva y Oscar Espinosa Chepe

LA HABANA, Cuba, noviembre (cubanet.sergipeconectado.com) - La noticia de que Espaa participar en la Cumbre del G20 para analizar la grave crisis econmica mundial, el prximo 15 de noviembre en Washington, es excelente.

Era absurdo que el pas europeo, uno de los 10 ms ricos del planeta por su PIB, quedara fuera de ese evento. La reconsideracin de su asistencia, que constituye un triunfo de todos los espaoles, logrado con el apoyo de la Unin Europea y en particular de Francia, es justa, y ha sido bien recibida por las personas con sentido comn, porque ningn actor de peso debe quedar excluido de unas conversaciones que pueden tener trascendencia fundamental para el destino de la humanidad.

La crisis que hoy se afronta es global, y como han dicho muchos dignatarios, se necesitan igualmente soluciones globales en un mundo cada da ms interconectado y, por tanto, ms urgido de la cooperacin internacional en un marco donde rijan reglas claras para todos. Indudablemente, hay pases como Estados Unidos que siguen teniendo un peso decisivo. Sin embargo, nuevas naciones han cobrado gran importancia, como China, India, Brasil, Mxico, Rusia y otras, cuya participacin es imprescindible para la solucin de los problemas.

Esta reunin del G20 tambin podra servir de antecedente para activar el tratamiento de los riesgos derivados de la problemtica del medio ambiente, el hambre y la miseria en importantes sectores poblacionales y la inestabilidad social.

Los cubanos que en muy difciles condiciones luchamos por alcanzar la democracia y el respeto de los derechos humanos, vemos con simpata la participacin de Espaa en ese cnclave. Lamentablemente, no podemos decir lo mismo sobre la actitud de las actuales autoridades espaolas, que como norma han despreciado a las personas que abogamos por la democracia dentro de la sociedad civil cubana, priorizando a ultranza sus relaciones con los representantes del totalitarismo.

Aunque en las Conclusiones del Consejo de la Unin Europea sobre Cuba de junio de 2008 qued plasmado que “durante las visitas de alto nivel deberan abordarse siempre las cuestiones relativas a derechos humanos; si procede, formarn parte de dichas visitas reuniones con la oposicin democrtica”. De acuerdo a esa formulacin, parece que el gobierno de Espaa logr incluir “si procede” para justificar su censurable conducta.

Despus de la llegada de altas delegaciones espaolas a Cuba y el recibimiento del canciller cubano en Madrid con destacado afecto, el Sr. Jos Blanco, vicesecretario general del Partido Socialista Obrero Espaol (PSOE) en el poder, visit La Habana a principios de noviembre, pero no se interes por escuchar tambin a integrantes de la oposicin democrtica. Bien saben los visitantes que las autoridades cubanas tratan de impedir que se renan con ellos.

Realmente no deberan escoger entre la complacencia con el gobierno o reconocer y escuchar las opiniones de quienes en muy difciles condiciones procuran ejercer sus derechos, que no tienen que ser rogados a nadie. En Espaa, los representantes de gobierno y partido cubanos se renen, visitan y organizan actividades pblicas sin condiciones. Por qu los representantes de un pas democrtico, que tiene tanto peso internacional como para participar en la cumbre del G20, acepta imposiciones degradantes del totalitarismo aejo de 50 aos?

Esa actitud refleja claramente una lnea de accin en procura de favores comerciales y econmicos, con flagrantes violaciones de los derechos laborales de los trabajadores cubanos. En modo alguno resulta criticable que quieran promover sus negocios en Cuba, pero con tica, y sin olvidar que hay cientos de presos polticos pacficos y de conciencia, as como existe una cruenta represin contra los ciudadanos que se expresan independientemente de forma constructiva. Los cambios prometidos por las autoridades no se han realizado en Cuba.

Constituye una gran contradiccin que el PSOE, con su historia de lucha por la justicia social, y tambin reprimido durante dcadas, acte de esta forma. Estimulan, sin embargo, las muestras permanentes de solidaridad del hermano pueblo espaol.