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El ciclo fatal de la dependencia (final) 2e1f3k

Jorge Olivera Castillo, Sindical Press

LA HABANA, Cuba, junio (cubanet.sergipeconectado.com) - Cuba ha logrado colarse en la historia a un precio demasiado alto. La frmula ha sido y es la confrontacin, la retrica belicista, el odio convertido en filosofa, el martirio como fin de la existencia.

Los herederos del poder no pueden cambiar el estado de las cosas. Son rehenes y co-partcipes de un diseo poltico que es de hecho la base de su legitimidad. No pueden desembarazarse muy fcil de ese ciclo de situaciones lmites creadas con el objetivo de granjearse el apoyo de la poblacin y obtener la obediencia necesaria para sumar otros aniversarios a un ejercicio del poder que casi cumple medio siglo.

Vivir sin un enemigo es algo de lo que no pueden prescindir. Convocar a nuevos ensayos para una guerra que solo cobra realidad en algn gnero de ficcin es parte del ritual. El asunto radica en conservar intactas las palancas de la movilizacin, la presunta unidad en relacin al partido que gobierna y justificar los altos indicadores de la represin.

Ahora la sumisin vuelve a cobrar forma en los destinos del pas. Segn proclam uno de los vicepresidentes del Consejo de Estado hace pocos meses, Cuba tena dos presidentes: Fidel Castro y Hugo Chvez. Ahora el primero sustituido por su hermano Ral Castro.

La mentalidad colonial resurge en aras de mantener el poder. Alrededor de 90 000 barriles diarios de petrleo son suficientes para que al presidente de Venezuela se le rindan pleitesas y pueda actuar como si Cuba fuera su protectorado.

Despus de casi 50 aos la revolucin cubana cae bajo los molinos de la historia. Fue una idea sostenida en el tiempo por un lder carismtico y con la voluntad de figurar entre los personajes recordados por la humanidad.

Fidel Castro pudo lograr gran parte de sus propsitos. Pues morir tranquilamente en su cama. Brillar en la posteridad por causas ajenas a la generosidad y otros fines benvolos.

Deja un pas devastado en todos los sentidos. La bancarrota moral y el desastre material sern dos fantasmas que vivirn entre varias generaciones. Increblemente todo lo que se proclam como xitos indiscutibles devienen en sntomas de un fracaso de amplias proporciones.

El pro norteamericanismo de la poblacin cubana resume una eleccin mayoritaria que describe el fiasco de las campaas de adoctrinamiento.

En lo relativo a la soberana basta conocer que Cuba, siendo un pas agrcola, debe importar el 84 % de los alimentos, aadido a esto la alta dependencia energtica e industrial, certifican que los ndices de vulnerabilidad se contradicen con las estadsticas de excelencia que todava promueven los medios de comunicacin.

El futuro de Cuba est, ms que nunca, a merced de las decisiones del Congreso y el ejecutivo estadounidense. Esto es una consecuencia directa de un nacionalismo que no quiso adaptarse a las realidades geopolticas y negociar un acuerdo en buena lid, es decir, tomndole la palabra a las istraciones que como la de James Carter y en menor medida la de Bill Clinton estuvieron dispuestas a entrar en alguna dinmica de negociacin.

La historia de la revolucin cubana est suscrita bajo el rtulo de la dependencia. Por eso la autenticidad que pudo haber tenido se esfuma ante un anlisis objetivo.

Sobre tres pases recaen las explicaciones de tan largo mandato. La URSS fue el primer soporte, le sigue Venezuela con los emergentes suministros de hidrocarburos y los Estados Unidos, antes y hora, como el adversario idneo para posar como vctima y anotarse apoyos directos e indirectos en el campo de la poltica y la diplomacia.

En un futuro ser el socio por excelencia. El pas que asumir en buena medida la remocin de las ruinas y entregar millonarios prstamos para iniciar la retrasada industrializacin.

Tales iniciativas gracias a una combinacin de pragmatismo y solidaridad con un pas vecino devastado por una utopa sin ninguna o muy pocas razones para convertirse en paradigma.

Aunque continen negndolo, el socialismo, con su estela de excesos y dislates condiciona una mirada fija, y con cierta esperanza, a Estados Unidos y Europa. Es uno de los legados ms notorios que nos deja una aventura de triste final. En resumen, el totalitarismo acab con Cuba.

El ciclo fatal de la dependencia (I)