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La cuenta no da 434v27 Ana Leonor Daz LA HABANA, Cuba, junio (cubanet.sergipeconectado.com) – La complejidad de la situacin debido a la subida del precio de los combustibles y los alimentos, ha sorprendido al rgimen de La Habana, que enfrenta el problema, ya crtico en la Isla, con la poca halagea perspectiva de sucumbir en un callejn sin salida. La crisis econmica que desde hace meses afecta al planeta, en Cuba ya cumple casi dos dcadas: 17 aos exactamente, cuando en 1991 se derrumb el comunismo, y el rgimen cubano declar oficialmente un “perodo especial” que agrav an ms la vida del pas al quedar virtualmente paralizado. Desempleo, hambre y represin han soportado los cubanos, que adems de la orfandad econmica, debieron enfrentar los huracanes que devastaron casi varios puntos geogrficos y el ya desmedrado fondo de viviendas. La dependencia econmica externa, desde la energa hasta los alimentos, se agrav debido a los palos de ciego que la poltica del gobierno dio al condenar al pas en los aos 70 a depender de la caa de azcar, papel que la llamada integracin del bloque socialista asign a Cuba. A cambio de azcar Cuba recibira alimentos y bienes de consumo pasados de moda, convirtindose en mercado cautivo de productos inservibles para permitir la sobrevida de un proceso que se derrumb por su propio peso a finales del siglo XX. Ahora se importa ms del 60 por ciento de los alimentos que el pas consume a cuentagotas, a travs de una cartilla de racionamiento que apenas cubre la cuarta parte de las necesidades bsicas de la familia cubana, agravado esto por la corrupcin entronizada en todos los niveles de la sociedad, desde el bodeguero que roba a los clientes para vender lo que roba en el mercado negro, hasta los mdicos y dentistas que cobran por ofrecer servicios ms eficientes. O los policas que reciben “propinas” para hacerse de la vista gorda a la hora de poner una multa. La crisis del mercado alimentario mundial ha llevado al gobierno a declarar que se trata de un asunto de seguridad nacional, en un pas con una agricultura en ruinas, donde el 80 por ciento de la tierra cultivable permanece ociosa, y slo el 20 por ciento restante (en manos de agricultores privados) aporta la mayora de los productos agropecuarios. La propaganda, enfilada a machacar en la poblacin la idea de que los cubanos viven bien porque el rgimen subsidia los alimentos racionados a pesar de los altos precios internacionales, sufri un descalabro cuando los cubanos vieron por televisin las protestas en Hait, India y otros pases por el alza de los precios del arroz, y la decisin de Estados Unidos de regular su venta. Sin embargo, un indicio de lo que se avecina es la reciente declaracin de que el gobierno renuncia a proseguir con su faranico plan de construccin, luego de que (por segundo ao consecutivo) incumpli la promesa de terminar 100 mil viviendas. El dficit habitacional es de un milln, y tiende a incrementarse con el deterioro del 80 por ciento del fondo actual, considerado en malas condiciones. Las inversiones para la reparacin de hospitales, policlnicas y escuelas se han convertido en un saco sin fondo, pues las obras supuestamente terminadas no pueden utilizarse porque presentan filtraciones, o las instalaciones elctricas y sanitarias estn incompletas. La reparacin del hospital infantil Pedro Borrs, en el Vedado, se ha prolongado durante 15 aos, y an no se sabe cundo va a terminar. Recientemente, el gobierno de La Habana anunci que se realizaron varios operativos policiales en fbricas clandestinas de alimentos y artculos de aluminio. La noticia no sorprendi a la poblacin, pues hace unos aos allanaron una fbrica privada de cervezas y refrescos enlatados en San Francisco de Paula, y ya es tradicional la produccin paralela de cigarros y tabacos. La corrupcin es imparable, y slo es cuestin de tiempo el desenlace del fenmeno en un pas donde la cuenta no da. |