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La hornada del corcho 55456

Jos Hugo Fernndez

LA HABANA, Cuba, enero (cubanet.sergipeconectado.com) - Cuando los medios de la Islase refieren a la juventud cubana, no debieran desatender el detalle de que aqu coexisten dos grupos de jvenes que se diferencian sustancialmente entre s.

En general, nuestros paisanos con ms de 20 aos, pero con menos de 30, tienden a pensar y actuar en forma muy distinta a los que andan por los treinta. El fenmeno tal vez no sea exclusivo del pas, pero arrastra efectos bien particulares en el orden psicosocial. Por ello resulta extrao que una institucin como el Centro de Investigaciones Sociolgicas lo pase por inadvertido en un estudio que engloba la actitud de nuestra juventud ante el trabajo.

A juzgar por un artculo recientemente publicado en el peridico Granma, y que se basa justo en un anlisis de este centro de investigaciones, el trabajo, la bsqueda de empleo, ocupa el quinto lugar entre las opciones de los jvenes cubanos.

No sera necesario desmenuzar la sarta de liviandadesen que incurre Granma cuando trata de explicar las causas del problema mediante el artculo en cuestin. Pues desde su ttulo, Elholgazn: un peligro ideolgico, el artculo denota el empeo por manipular y ocultar la realidad.

Lo sorprendente en todo caso no proviene de Granma, sino de una institucin cientfica como la de referencia, especializada en el examen de la estructura y el funcionamiento de nuestra sociedad.

Por lo menos sorprende que los resultados de este estudio en torno a la juventud cubana y sudisposicin ante el trabajo no concuerden con lo que se aprecia a simple vista en cada hogar, y lo que es fcilmente comprobable en las calles.

El trabajo quiz pueda ocupar un quinto puesto entre las opciones de nuestros jvenes que estn en la treintena. En cambio, para los del otro grupo, el de los menores de 30, no significa nada, sencillamente no es una opcin, ni la quinta ni la dcima. A no ser que por la falta de su uso en nuestra vida prctica hayamos olvidado qu opcin significa facultad de elegir.

Vista como lo que debe ser, la opcin entre nuestra juventud con menos edad es no optar por el trabajo. De la misma manera que no opta por casi nada, como no sea la indiferencia, el desdn, donde no sale a flote el acero con que pretendieron forjarla.
Tales jvenes representan el ltimo eslabn en la cadena del poder absoluto: una hornada de corcho, diseada para no elegir, no opinar, no aspirar, no reclamar, no asumir nada, como no sea aquello que flota por encima (o por debajo) de todo cuanto le rodea.

Los jvenes con ms de treinta aos tuvieron tiempo de aprender a fingir segn la vieja escuela. A los de la nueva hornada ni eso les interesa. Si alguna opcin es reconocible entre ellos ser la del rechazo a sus mayores y la de huir por la va ms rpida.

Lo dems es arena de ferrocarril. Lo mismo si se trata de Granma y su ridculo afn por ignorar los hechos, como de las instituciones cientficas cuya nica opcin parece ser la ciencia-ficcin.