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Valores invertidos 4g5b2g Jos A. Fornaris, Cuba-Verdad LA HABANA, Cuba, junio (cubanet.sergipeconectado.com) - Mercenario, segn el diccionario, es el “asalariado que supedita de manera indecorosa su voluntad a la merced ajena”. Y la definicin es aplicable tambin “a la tropa asalariada que sirve a un gobierno extranjero”. Ese dictamen retrata de cuerpo entero a las guerrillas armadas que el gobierno de La Habana reg por numerosos pases de la zona con el premeditado fin de desestabilizar Amrica Latina. Esos “mercenarios”, asegura el gobierno comunista, estn al servicio de la mayor potencia militar y econmica que ha conocido la historia: los Estados Unidos. Conozco a muchos de esos “mercenarios”. Algunos vienen a mi casa y luego no tienen los dos o tres pesos necesarios para el pasaje de regreso. Una vez llegu al reparto Elctrico sobre las diez de la noche, y como el nico transporte que haba para continuar viaje eran los taxis-colectivos que tienen una tarifa de diez pesos por persona- tuve que permanecer en ese sitio hasta las cuatro y cuarenta y cinco de la madrugada, momento en que pude abordar un mnibus de un centro de trabajo que cobraba un peso por pasajero. En trminos generales, los “mercenarios” en Cuba son pobres. La casa de Lucas Garve es una especie de choza donde el nico lugar para sentarse es la cama. Y an as, estorba, porque el espacio que existe entre la cama y un librero todo desvencijado que est recostado a la pared, es el mnimo para que pase una persona, y esa es la nica va para dirigirse a su “gran cocina”. La vivienda de Laritza Diversent se construy con pedazos de tablas, el piso est formado por tres materiales diferentes: una plancha de hierro, otra de plstico, y una tercera de cemento. Por las rendijas de las paredes pueden entrar dos perros peleando sin grandes dificultades. Parte del techo de la casa de Amarilis Cortina est a punto de colapsar por el destacado trabajo que han realizado las termitas. Cuando llueve, ella tiene que repartir por mltiples puntos de la geografa hogarea todos los recipientes que logre acopiar para recoger la lluvia que entra por el techo. El hogar de Luis Cino es el garaje de la casa de sus padres. Juan Gonzlez Febles sobrevive en un pequeo e incmodo apartamento en la barriada de Lawton. Richard Rosell pernocta donde pueda porque no tiene casa. La lista de los que viven con iguales o parecidas condiciones, sera interminable. En el otro extremo de los “patriotas” dedicados a defender la revolucin. Aunque sean de segunda o tercera categora, por ejemplo, los que integran el del programa televisivo Mesa Redonda, o dirigen algn medio con nfasis en la propaganda ideolgica, tienen autos, casas confortables, viajan al extranjero en alguna “misin” y pasan las vacaciones en centros tursticos de buen nivel. Estn a la par de la clase media de un pas desarrollado. Ms arriba estn los jefes, “patriotas de primera categora” que disfrutan de una calidad de vida que nada tiene que envidiar a la de las clases altas de cualquier nacin del mundo. En cualquier pas se conoce de dnde los de las clases altas all sacan su dinero; en Cuba, se desconoce, como pueden vivir como viven con los bajos salarios que oficialmente tienen asignados. Estamos ciertamente ante una inversin de los valores: los “patriotas” deberan ser los sacrificados, los paradigmas sociales, los comprometidos con el altruismo, pero son los que mejor viven. Los “mercenarios”, que supuestamente estn al “servicio” de la potencia ms poderosa y rica del planeta, deberan tener una existencia muelle. La conclusin es simple: los “patriotas” no son tan patriotas, y los “mercenarios” no son mercenarios. |