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Tarimas vacas 5g21k Francisco Chaviano Gonzlez LA HABANA, Cuba, febrero (cubanet.sergipeconectado.com) - El desolador panorama de los mercados agrcolas vacos, present el reportaje de la televisin cubana del jueves 11 de febrero. En el mismo entrevistaron a directivos de la agricultura, que trataron de justificar el desastre. En la seccin Cartas a la direccin, bajo el ttulo Algo que no entiendo, del peridico Granma del da 12, se vuelve a tocar al tema. La lectora A. M. Surez Alfonso se queja de la distancia que debe recorrer para conseguir tales productos. Luego asegura: “El ao pasado, an despus de los terribles huracanes que nos azotaron, sin necesidad de coger guagua, haba tomates, zanahorias, col, lechuga, habichuelas, pepinos y varias viandas. De pronto hubo reorganizacin de los puestos de ventas de los productos agrcolas, los cuales fueron disminuyendo”. La Sra. Surez no aclara en su carta que los puestos eliminados con la reorganizacin fueron los particulares, aunque las autoridades aseguraron que los productos se venderan en las bodegas estatales. Y contina su relato expresando que los tomates que con gran dificultad consigui en diciembre, estaban verdes, chicos y estropeados. Lo mismo le sucedi con las viandas. Tambin se siente molesta con el trato de los dependientes que, asegura, no quieren trabajar. Cuenta que vive en Fontanar y que ahora, para comprar algo, tiene que ir hasta Santiago de las Vegas o tal vez a Tulipn, para lo cual tiene que invertir de 4 a 6 horas. “Dicen que es por lo de los intermediarios, pero si son los mismos campesinos los que vienen a vender, quin siembra? Me podran explicar el por qu de estas medidas de centralizacin, cuando una vez ms se demuestra que sta es enemiga de la eficacia?” –concluye. La pregunta de la Sra. A. M. Surez Alfonso se la hacen cientos de miles de cubanos cada da. stos, por estar inspirados en experiencias y razonamientos tan elementales como ciertos, no alcanzan a comprender tal testarudez del gobierno. No se dan cuenta que lo del intermediario es mera justificacin para destruir los eficientes mtodos capitalistas de produccin y comercio. Fidel Castro dijo alguna vez: “Revolucin es cambiar todo lo que debe ser cambiado”. Se trata de destruir todos los mtodos capitalistas, en ellos van siglos de perfeccionamiento humano en el modo de hacer. Al eliminar la propiedad privada, ponen fin a la democracia, las libertades y, con ellas, a la productividad. Comienza entonces un proceso aniquilador: el pas se marchita, se apaga poco a poco. La agricultura estatal y la ganadera colapsaron, al igual que la industria azucarera, como resultado de los “cambios” introducidos por el rgimen. La veleidad, la desidia y el maltrato de los suelos los convirtieron en campos de bajos rendimientos. Castro, que es el artfice de este “logro”, los declar inservibles culpando al cambio climtico mundial. Asegur que era ms factible vivir de la rumba; cerr las facultades de agronoma y en su lugar puso escuelas de arte. La depauperacin se hace notable pero a nadie le importa, hasta llega el inminente colapso. Entonces, como ltimo recurso, echan mano temporalmente a lo que saben que realmente genera productos y soluciones: los mtodos capitalistas de produccin. En estas condiciones las autoridades comenzaron a repartir algunas parcelas de tierras invadidas por el marab. Pero las entregan con reticencia, no les gusta que haya medios de produccin en manos particulares. Por tuvieron la idea de recuperar los mercados agropecuarios, para mantener el dominio estatal. Estn temerosos, se sienten como con una piedra en el zapato y quieren sacrsela a la primera oportunidad; pero necesitan una coartada. Los huracanes de 2008 le vinieron de maravilla al gobierno para acabar con los florecientes mercados particulares, que haban ganado ya mucho terreno. No les import desestimular la produccin agrcola, ni la tragedia y el hambre que esto generara en la poblacin. Lo que necesitaban era una justificacin para la escasez de productos que sobrevendra; la que ahora estamos padeciendo y, con los huracanes la tuvieron. Aspiran a que los nuevos agricultores garanticen la produccin. Pero sus mtodos impositivos no estimulan al campesino. Si adems se suma la ineficiencia del Estado para acopiar, transportar y distribuir los productos, podemos prever que las tarimas de los mercados seguirn vacas por buen tiempo. La solucin definitiva es posible slo con el verdadero cambio: liberar a los productores, liberar el mercado, liberar al cubano, liberar el bienestar. |