cubanet.sergipeconectado.com
CubaNet no reclama exclusividad de sus colaboradores, y autoriza la reproduccin de este material, siempre que se le reconozca como fuente y su autor.

El Palacio del ajo 3s1b62

Aleaga Pesant

LA HABANA, Cuba, febrero (www.cubnet.org) - Hay una casona de dos pisos y amplios portales, levantada con mucho dinero y poco gusto, al borde este de la carretera Cabaigun-Guayos, en la provincia Sancti Spiritus.

Mi novia lugarea me la mostr a principios de1991, cuando la miseria del periodo especial daba las primeras mordidas. Los recursos para la construccin provenan de un sitio en las frtiles tierras de la provincia, sembrado de ajo. Cosecha tras cosecha y con un espritu invencible de mercado, ese cubano pudo levantar su casa, iracin o envidia de vecinos y turistas. No es el nico ejemplo de la laboriosidad del criollo y su visin de empresa dentro de las restrictivas leyes anti mercado de la monarqua Castro Ruz.

Indagando por el precio de un todo terreno Willys, que transporta a los viajeros entre Santiago de Cuba y Guantnamo, los dueos valoraron el vehculo en unos 17 mil 500 pesos convertibles (420 000 pesos moneda nacional). Al sacar lpiz y papel para un pequeo estudio de mercado, se calcul que la inversin inicial se amortizaba, segn los precios del transporte en el territorio y sin sobre explotacin del equipo, en menos de 200 das.

Los Aleaga (sin parentesco con el autor) son conocidos en el rea Manzanillo-Yara-Bayamo por su flota de camiones, en funcin del transporte de personal, lo que les deja pinges beneficios y los diferencia de la miseria que reina en ese territorio.

Estos tres casos tomados al azar, hablan de las potencialidades de los cubanos en temas de mercado. Pero no se debe confundir. Son casos aislados y contados de bonanza, en un mar de indigencia. Son los menos. Quizs, y no existen datos que lo comprueben, las mayores fortunas las levantaron los burcratas del gobierno, o empleados de ellos, en el rea de los servicios. Por cierto, mucho ms cautelosos a la hora de mostrar pblicamente sus riquezas.

Otros, asociados por la opulencia comn, levantan barrios con casas diferenciadas en Viales, Caimanera y Morn, en las cercanas de polos tursticos. En esas poblaciones, dependientes del turismo y de la sustraccin de materiales de construccin asociados a esas obras, se pueden ver nuevas y confortables viviendas levantadas con esfuerzo propio y con un confort impropio para la isla.

Sin embargo, de la riqueza que no se habla en las crnicas Pobrecitos los cubanos, escritas por un colega de la prensa internacional acreditada en la isla, es la acumulada mediante el saqueo de las finanzas del Estado. No mencionar la de los Castro-Ruz y sus descendientes, la de Alfredo Guevara o Eusebio Leal. Esos que destruyeron el mar de riqueza que constitua la frtil tierra cubana, donde no era entonces llamativo el Palacio del ajo, en la carretera Cabaigun-Guayos.

[emailprotected]