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El evangelio oficial (II parte. Final) 5f6n2p Osmar Laffita Rojas LA HABANA, Cuba, julio (cubanet.sergipeconectado.com) – Siguiendo la pauta de lo ocurrido en el dcimo aniversario de la celebracin evanglica el 27 de julio, en la ceremonia de clausura de la Conferencia por el aniversario 80 del Congreso Hispanoamericano de La Habana, celebrada en el capitalino teatro Astral, Nilton Giese, Secretario General del Consejo Latinoamericano de Iglesias, seal: “Con el envo de una carta y un cuadro al compaero Fidel, quien tanto ha hecho por los pueblos de la regin, y de una Biblia al General de Ejercito Ral Castro, damos testimonio de nuestro agradecimiento por la culminacin feliz del evento”. Sera bueno preguntar qu piensan de lo planteado por la pastora presbiteriana Ofelia Ortega y el evanglico brasileo Nilton Giese, los pastores y fieles de las 60 iglesias que no forman parte del CIC, entre ellas la Iglesia Bautista de Occidente, la Liga Evanglica y la Asamblea de Dios, que nunca han pertenecido al CIC. Estas ltimas agrupan la mayor cantidad de feligreses en Cuba y las 100 casas de culto que no son reconocidas por el gobierno. El no reconocimiento de estas iglesias por el gobierno y el CIC, se debea que muchas de ellas consideran que la Oficina de Asuntos Religiosos del PCmanipula y somete a su dictado al Consejo. Aquellas que desean ser reconocidas son rechazadas debido que defienden su carcter carismtico independiente. Por su prdica popular, que asocian a la humildad, en su liturgia predomina la msica, los cantos, en los que se exalta a Jess, hijo de Dios, hacen nfasis en la santidad, la pobreza, creen en los milagros y la salvacin divina. El rechazo de cerca de 170 iglesias y casas de culto se debe a que, conscientemente y aplicando una prfida poltica de divide y vencers, la Oficina de Asuntos Religiosos del PC tiene como sus guardianes religiosos ms fieles a los Episcopales y Presbiterianos, desentendindose del amplio movimiento de iglesias independientes y carismticas. Con tal proceder, el gobierno logrado crear una gran divisin en la comunidad evanglica cubana. De esta forma se cumple con la voluntad poltica de un rgimen que siempre ha visto un enemigo en la religin. Tal parece que a Caridad Diego y a los dirigentes del oficialismo evanglico de Cuba, estas iglesias, no reconocidas a pesar de que agrupan a miles de creyentes, les resultan herticas y desestabilizadoras, debido a los diseos evanglicos y teolgicos que predican. Por ellos, a Ral Surez y Manuel Arce les resulta engorroso y quizsanticristiano preguntarle a los gobernantes por qu ocurren estas anormalidades, de las cuales el CIC es tambin responsable y cmplice. |