cubanet.sergipeconectado.com |
CubaNet no reclama exclusividad de sus colaboradores, y autoriza la reproduccin de este material, siempre que se le reconozca como fuente y su autor. |
Campanas al viento 4p2326 Vctor Manuel Domnguez, Sindical Press LA HABANA, Cuba, junio (cubanet.sergipeconectado.com) - Ursulina Valdivia no conoca ni de “la misa el canto”, como solan decir los pobladores de Puriales de Caujer en el Guantnamo de los aos 50. Guajira montaraz, medio analfabeta, pero linda como el amanecer en la punta del lomero, daba de comer a los animales, recoga las frutas, pilaba el caf y se enterneca del surco al boho pensando en el guateque de algunos domingos. Con un mar pacfico prendido en el pelo era la comidilla de cada cantura. Entre tragos de ron, controversias, requiebros y unas miradas del padre de “si te veo enamorisque te mato”, Ursulina Valdivia, enfundada en sus vestidito dominical de guarandol de a peso, encenda la noche de sus iradores y la envidia de sus contemporneas quinceaeras. Nadie de aquella zona metida entre lomas y ros como hilos de colores que serpenteaban por las manos frondosas de una tierra que semejaba el Paraso, dejaba de irar aquel cuerpo hipntico como el vaivn de las mareas. Arisca, insolente, segura de su belleza, Ursulina cantaba tonadas campesinas que saltando como tomeguines por el lomero, se posaban sobre los azadones, las yuntas de bueyes, los secaderos de caf, y caan como el roco en el alma. Tirso Puente, el hacendado, se llev el gato al agua. O mejor dicho, a Ursulina para su chalet, como llamaban los pobladores del valle del Caujer aquella casona con paredes de mampostera, techo de tejas, cinco cuartos y una camioneta Ford parqueada a la sombra de los cafetales que nacan en los alrededores y se extenda hasta el horizonte, detrs de las lomas. Eleugerio Matos, el padre de Ursulina, supo que al viejo Puente quera irse a Guantnamo con Ursulina, y dejar la hacienda en manos de un mayoral.
Y como nada permanece oculto bajo el sol, la noticia lleg al sitiero. Ursulina Valdivia, con el seudnimo de La Cantora, era la mujer predilecta de cuanto ricachn abra su bragueta en el prostbulo Roof Garden de la ciudad del Guaso. Y todo no quedaba ah, le decan a Eleugerio. Mucho antes, el degenerado Don Tirso la prostituy en el American Bar, el Gran Va, El Montana y El Bamb, entre otros lupanares guantanameros de renombre. -Hija de maj sale pint! -dicen que grit Eleugerio y al poco tiempo slo quedaba en su bajo la herrumbre de un arado y las tablas podridas de un corral-. Siempre cre que terminara en un bay. Pero la mato! Cuenta una sobrina de Eleugerio que alquila un cuarto para citas en la calle Surez, que su to nunca ms vio a Ursulina, pero la mat. Y cmo lo hizo?, le pregunt. -La mand a doblar. Antes, en Guantnamo, cuando una hija abandonaba el hogar y se meta en un bay, muchos padres acudan a una especie de exorcismo contra la inmoralidad que le decan “doblar putas”. Se le daban dos pesos al cura del pueblo para que doblara las campanas por la muerte de la hija. Cuando algunos vecinos preguntaron al padre por quin doblaban las campanas ese da, respondi: -Estn doblando por Ursulina. |