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Defender lo indefendible 4u2v1b

Jorge Olivera Castillo, Sindical Press

LA HABANA Cuba, junio (cubanet.sergipeconectado.com) - El intelectual argentino Miguel Bonasso asegura que “Cuba no est sola”. As titula un artculo suyo publicado en el diario Granma. Otra vez se confunden los trminos en aras de consolidar los principales resortes de un diseo meditico fraguado en La Habana y distribuido, para su propagacin, entre la profusa nmina de voceros y cmplices repartidos por el orbe.

El eje de esos mensajes solidarios que buscan legitimar a una dictadura con todos los atributos para no apartarse ni un milmetro de tal calificacin, consiste en identificar a la patria con un partido, a la soberana nacional con los intereses de la lite de poder.

El seor Bonasso y otros paladines de la izquierda ms ortodoxa salen en defensa de la mtica revolucin cubana, en el instante que afloran seales de un posible naufragio. En el artculo son evidentes las matrices de opininque tratan de desvirtuar los sealamientos crticos a los arbitrariedades cometidas por el gobierno en los ltimos meses, legitimando un orden de cosas que en sentido general no responden a las expectativasde un modelo socialista, como lo definen sus mximos representantes y sus colaboradores de dentro y fuera del pas.

La trivializacin de la muerte del preso de conciencia Orlando Zapata Tamayo, a consecuencias de una huelga de hambre por mejoras en sus condiciones carcelarias, los cuestionamientos a las instituciones que condenaron el crimen, como el Parlamento Europeo, y la codificacin del argumento de que se trata de una conjura internacional con el fin de desacreditar al sistema poltico cubano, ponen sobre el tapete las credenciales de un fiel colaborador del rgimen, que abjura de la imparcialidad y de un sentido mnimamente responsable en cuanto a poner sobre la mesa la realidad con sus luces y sombras.

Segn Bonasso, Zapata Tamayo fue “convertido en disidente y mrtir poltico por los grandes trusts de la comunicacin”. Este segmento del texto publicado en el peridico Granma, muestra los trazos de una personalidad que no reconoce o malinterpreta los cdigos de la conmiseracin ante el dolor humano. Estar pagando Bonasso alguna deuda contrada con la envejecida jerarqua comunista de la Isla? Es tico denigrar a un cubano muerto en tan terribles circunstancias desde un cmodo apartamento en Argentina? Por qu esa desfachatada e inmoral intromisin en los asuntos internos de Cuba?

Miguel Bonasso no va a reconocer nunca que se ha equivocado.

Desafortunadamente, vuelve a demostrar su fidelidad ideolgica a un sistema de valores y creencias que pudieron ser paradigmticas desde el punto de vista humano, pero que en esencia repiten el legado de Jorge Rafael Videla en Argentina, Franois Duvalier en Hait, Augusto Pinochet en Chile y Marcos Prez Jimnez en Venezuela.

No importa si de derecha o izquierda, las dictaduras tienen patrones comunes.

Unas menos crueles que otras, pero todas regidas por el abuso contra sus adversarios, el control de los medios de prensa, la anulacin de los derechos constitucionales, y en el caso de las totalitarias, el racionamiento, la delacin en sus niveles ms degradantes, el mayor nfasis en las torturas psicolgicas y todo un arsenal que suelen ocultar tras la sostenida exportacin de gestos humanitarios hacia pases pobres, y el otorgamiento de ciertas facilidades en cuanto el a los servicios de educacin y salud a los residentes en el territorio nacional.

Es oportuno recordar que Cuba no es solo Fidel, ni Ral Castro, ni el psimo sistema que han jurado defender a sangre y fuego. Cuba tambin es el pueblo que simula serle fiel a la nomenclatura para no caer en desgracia; los ms de 200 presos polticos y de conciencia y los cubanos que han tenido que refugiarse en otras naciones por motivos polticos o econmicos.

El partido comunista se ha apropiado del pas de manera ilegtima. Sus principales rectores no se atreven a organizar unas elecciones limpias y sin exclusiones. Los motivos reales para rehuir de ese compromiso estn claros, al margen de los pretextos que Bonasso y otros se encargan de reciclar constantemente.

Las brigadas que decoran la fachada del infierno insular se reducen, con la salvedad de que en este caso no hay despidos, sino deserciones irrevocables.

Parece que el intelectual argentino no tiene intenciones de abandonar sus posturas. Razones tendr para seguir encaramado en los andamios, tapando los huecos dejados por medio siglo de chapuceras y perversiones.

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Enlace: http://www.granma.cubaweb.cu/2010/05/27/interna/artic06.html