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Rehenes 4v1h58

Moiss Leonardo Rodrguez

LA HABANA, Cuba, mayo (cubanet.sergipeconectado.com) - El diccionario define al rehn como “Persona retenida por alguien como garanta para obligar a un tercero a cumplir determinadas condiciones”. En esta situacin se encuentran los presos polticos y de conciencia cubanos.

El presidio poltico de los ltimos 50 aos lo han integrado hombres que cumplen condenas dictadas por tribunales parciales y dependientes y bajo leyes que no se ajustan a la normativa internacional de los derechos humanos, hasta el punto de violarla en muchos casos.

Ejemplo de lo anterior es el caso de los prisioneros polticos Lster Tllez, Carlos Brizuela, Carlos Alberto Domnguez y Bernardo Arvalo. El carcter arbitrario de sus detenciones est declarado en la Opinin 16/2003 (CUBA) del Grupo de Trabajo sobre Detencin Arbitraria (GTDA) de la ONU, adoptada el 5 de septiembre de ese ao.

Igual resultado se tiene con los 75 opositores condenados durante la Primavera Negra de 2003, como se puede comprobar al leer la Opinin Nmero 9 del referido Grupo, que se adopt el 9 de mayo del mismo ao.

Al revisar las noticias sobre Cuba se comprueba que las liberaciones de algunos de estos presos antes de cumplir sus condenas han ocurrido generalmente en respuesta a peticiones de personalidades y gobiernos extranjeros que han “cumplido determinadas condiciones”.

Dichas condiciones han incluido la simpata y apoyo pblicamente manifestados con el ex jefe de gobierno, como el caso del escritor Garca Mrquez, o juegos de alta poltica, como sucede con el actual gobierno espaol.

La condicin de rehenes de los presos polticos cubanos se reafirma en los casos del periodista independiente Jorge Olivera y el sindicalista Carmelo Daz, entre otros, a los que se les ha negado durante aos el permiso de salida, a pesar de tener visas de terceros pases.

Adems de interpretarse indebidamente como delito poltico, la defensa de los derechos humanos, como es destacado en todas las opiniones del GTDA, los gobernantes cubanos utilizan a las vctimas de su arbitrariedad como piezas de canje. Si estos no son rehenes debe entonces cambiarse la definicin del trmino.