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El caso de Puerto Rico 1r4y32 Oscar Espinosa Chepe
Pero al tratarse de Puerto Rico, donde la inmensa mayora de la poblacin ha votado reiteradamente por mantener un status de relaciones especiales con Estados Unidos, y las distintas facciones independentistas sumadas no alcanzan ni el 4,0% de los votos en varias votaciones, las autoridades cubanas aducen una supuesta interferencia norteamericana en la autodeterminacin del pueblo borinqueo, y por consecuencia procuranllevar el asunto a discusin en las Naciones Unidas. Asimismo ocultan elementos decisivos sobre Puerto Rico al pueblo cubano, mediante una falsa propaganda sobre la existencia de un estado colonial, pues son los propios puertorriqueos quienesdeseanel status actual.Incluso un porcentaje crecientemente alto se pronuncia por la conversin de la Isla en otro estado norteamericano, lo cual est por definirse y depender tambinde la decisin de Estados Unidos. Al mismo tiempo que se escamotean al pueblo cubano los verdaderos deseos de los puertorriqueos, tambin se le oculta sus innegables avances.En2006 tenan un PIB per cpita de 19 mil 100 dlares, el ms alto de Amrica Latina; el pas que ms se le acerca es Chile con 13 mil 030 dlares, calculados por la revista The Economist, a paridad de poder adquisitivo. Asimismo, la Isla del Encanto, con un rea de algo ms de 9,0 miles de kms. cuadrados, menos que varias provincias cubanas, tambin posee ndices de desarrollo social entre los mejores de Amrica Latina. La esperanza de vida es de cerca de 80 aos- superior al ndice cubano- con 82,7 para las mujeres. Para tener una idea de la diferencia en cuanto al PIB por habitante, el de Cuba se sita en 3 mil 900 dlares anuales, o sea casi 5 veces menos que el de Puerto Rico. En cuanto a Nicaragua, la situacin es mucho peor, pues slo llega a 2 mil 700 dlares al ao, lo que parece se le olvid citar al Presidente Daniel Ortega en su parcializado y aburrido discurso pronunciado en la V Cumbre de las Amricas de Trinidad y Tobago. Indudablemente, los independentistas tienen todo el derecho de brindar y defender sus puntos de vistas.En la prctica lo hacen sin cortapisa alguna en su isla y fuera de ella, sin el peligro de recibir 28 aos de crcel como sucede en Cuba a quien expresa sus ideas y aspira a vivir en un pas democrtico y con respeto a los derechos humanos. El caso del status legal de Puerto Rico no es nico en el mundo. En nuestro continente existen otros territorios donde los ciudadanos prefieren tener vnculos especiales con sus antiguas metrpolis, y que se sepa el gobierno cubano no los hostiga, ni promueve a los opositores polticos de esos lugares. Entonces, por qu esa obsesin con un tema que slo compete a los puertorriqueos. Por otra parte, es inmoral que se pretenda seguir engaando a la poblacin cubana, dando versiones unilaterales y engaosas sobre la realidad en esa Isla hermana. |