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De buenas intenciones 3h2v32 Leonel Alberto Prez Belette LA HABANA, Cuba, mayo (cubanet.sergipeconectado.com) – Enhorabuena! El inicio de los trabajos de reparacin capital de las calles de La Habana es una novedad. Aunque es temprano para celebrar. Durante el X Congreso del Sindicato de la Construccin, los dirigentes hicieron un llamado a “evitar nuevos errores” y no repetir los mismos que durante aos han afectado a este deficitario sector de la economa. Tras el Congreso, los trabajos de reparacin de las calles y avenidas se agilizan. Ya se pueden ver resultados sin las chapuceras de antao, cuando las alcantarillas quedaban convertidas en peligrosos baches, y las aceras terminaban a alturas paralelas y se perda el contn. Si bien los ingenieros, a pie de obra, no suelen sealizar las reas de labor, los vecinos no se quejan; han esperado este milagro durante aos. Adems, quizs embarrarse los zapatos en el chapapote hasta sea una forma de recapar las suelas gastadas y las gomas de los vetustos vehculos que poseen algunos ciudadanos. Al menos, el material que se est usando es de primera calidad; mucho mejor que aquella mezcla nacional que se coma hasta las piedras. Es una lstima que tanto esfuerzo se empae por el espritu olmpico los inversionistas. No se trata de fortificar trincheras, sino de resolver dilemas civiles urbanos coherentemente. Segn los entendidos, a menos que las autoridades cubanas hayan descubierto cmo erigir un rascacielos antes de fundir la placa, los errores se podrn apreciar a corto plazo. Uno de los mayores retos tcnicos que afronta la ciudad es el deterioro e insuficiencia en los sistemas de suministro de agua potable y desages albaales y pluviales; en consecuencia, las roturas del pavimento son frecuentes. Estos sistemas yacen incompletos en algunos barrios y con ms de un siglo de explotacin en otros; diseados para una poblacin de unos cuantos miles y no para los ms de dos millones con que cuenta actualmente la zona metropolitana. Esas tuberas corren, fundamentalmente, bajo el pavimento; por lo que tendrn que emplear doble presupuesto cada vez que exista una avera. Proyectos como el plan de restauracin de edificaciones alrededor del Malecn, y la reactivacin de las construcciones por esfuerzo propio, sin la mnima supervisin necesaria para garantizar que se cumplan la normas elementales, contribuyen a poner presin a la caldera, debido a que gran parte de los desechos slidos y el cemento derretido van a parar al alcantarillado. Los obreros realizan una labor titnica para resanar las vas con el mximo de calidad. Las autoridades han asumido la compra de maquinarias; pero de buenas intenciones est empedrado el camino al infierno. |