Febrero 1, 2001 671p33
Retrato hablado de la prisión
Valle Grande
(Entrevista a Pedro Pablo Alvarez Ramos, un líder sindical que
estuvo más de tres meses presos por "causas que ya no existen")
LA HABANA, 31 de enero (Carmelo Díaz Fernández, APSIC) - La cárcel
Valle Grande, ubicada en el municipio habanero de La Lisa, está compuesta
por seis barracas y cinco edificios (dos de ellos de tres pisos y los otros de
dos). Allí han permanecido, y permanecen confinados presos políticos
cubanos. Uno de ellos, Pedro Pablo Alvarez Ramos, fue liberado luego de más
de tres meses de encierro sin que hubiera cometido delito y sin que le hayan
celebrado juicio. Alvarez Ramos nos habla de este penal.
"Valle Grande es una cárcel de tránsito, o sea de presos
que están pendientes a juicio. No creo que sea la de peores condiciones.
Opino que hay otras que la superan, de acuerdo al testimonio de encarcelados con
los que hablé", explica nuestro entrevistado.
Pedro Pablo Alvarez Ramos es el secretario general del Consejo Unitario de
Trabajadores de Cuba (CUTC). Fue arrestado por oficiales de la policía
política el 13 de octubre del año pasado. El no cometió
ningún delito. Sólo convocó a una reunión nacional
con los de la organización sindical que él liderea.
El Departamento de la Seguridad del Estado lo acusó de "resistencia
al arresto", pero Alvarez Ramos es un defensor de los derechos humanos que
usa métodos no violentos. En tales circunstancias fue encerrado el
sindicalista independiente en Valle Grande.
"Hay deficiencias de muchas clases en esa cárcel. Por ejemplo;
la alimentación es pésima, malísima. Al preso se le debe
proporcionar todo lo necesario para su permanencia en el penal, desde una sábana
hasta una colcha, allí no hay nada de esto, el preso de Valle Grande está
sufragando su permanencia en ese lugar", apunta Alvarez Ramos.
El líder de la CUTC puntualiza que él estaba encerrado en la
Compañía 9 y que en ese recinto (de 25 metros de largo por seis de
ancho aproximadamente) los prisioneros están hacinados. "Hay dos
hileras de veinte literas triples, o sea hay camas para 120 personas y éramos
unos 180. Hay 60 presos durmiendo en el piso y hubo momentos que se superaba esa
cifra", precisó.
Alvarez Ramos revela que ratas cucarachas y moscas pululan por el penal, de
lo que se infiere que hay severos problemas de salubridad en esa instalación
perteneciente a la Dirección Nacional de Cárceles y Prisiones del
Ministerio del Interior.
Pero la propia Dirección de Valle Grande conspira contra las normas
elementales de higiene. "El agua la suministran una vez al día
durante media hora si acaso", explica el sindicalista.
Respecto a la atención médica, Pedro Pablo Alvarez Ramos
expresa que lo peor es la falta de medicamentos y el pésimo servicio de
Estomatología. "Hay un solo dentista para todo Valle Grande, cuya
población penal es de casi 3 mil presos, pero hay personas allí
que hace meses y meses esperan porque le saquen o le empasten una pieza,
escasean los calmantes y los antibióticos".
Alvarez Ramos se refirió al TOS (Trabajo Operativo Secreto), una
sección del Ministerio del Interior que recluta a los presos para usarlos
como delatores y en contra de los prisioneros políticos. "En
realidad existe -explica- y utiliza a muchos reclusos comunes, son los de la
inteligencia dentro de las cárceles. Incluso hay una vigilancia muy
fuerte de la correspondencia no sólo de los presos políticos, sino
de todos en general. Abren y leen todas las cartas que entran y salen del penal".
"Nosotros sabíamos que el TOS tenía presos de Valle
Grande trabajando para ellos, gente que se presta para esas cosas", enfatizó
Alvarez Ramos.
El líder sindical aclara que cuando lo fueron a liberar los oficiales
de la Seguridad del Estado le explicaron que había "un cambio de
medida" consistente en "libertad inmediata".
"Es un artificio que ellos usan mucho y que posiblemente lo van a
utilizar con otros presos políticos que están ahora en Valle
Grande, porque no tienen elementos para llevarlos a juicio", dice.
"El oficial Boris y el coronel Atencio me dijeron que habían
desaparecido las causas que en un momento existieron para encerrarme, que había
un poco más de clama. Sin embargo, ayer vimos cómo se trató
de hacer una reunión en la casa de Héctor Palacios y sigue la
represión, sigue el nerviosismo de parte de ellos, quiere decir que no ha
pasado, como ellos me dijeron a mí, ese estado", opinó
Alvarez Ramos.
El sindicalista considera que su liberación se debe a la solidaridad
internacional que recibió de parte de sindicatos y personas del exterior
del país.
Pedro Pablo Alvarez se refiere al decomiso de 5,040 dólares y 80
pesos cuando lo arrestaron en octubre de 2000. "Ese dinero era
principalmente para pagar los pasajes y los trámites, que establece la
ley de emigración cubana, de algunos integrantes del CUTC, entre los
cuales me cuento, que están invitados a diferentes eventos
internacionales".
"El dinero lo envió la CLAT para ayudarnos a esos trámites
legales. La Central Latinoamericana de Trabajadores ya reclamó ese dinero
y, ahora, nosotros vamos a hacer la reclamación legal porque es un dinero
que entró legalmente al país", concluyó Alvarez Ramos.
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