LA HABANA, Cuba.- Uno de los aspectos menos conocidos del líder del Partido Ortodoxo Eduardo Chibás Ribas son las casas lujosas en que vivió, en El Vedado, durante sus 43 años de existencia. 602a6x
Durante su juventud, según atestigua una placa en la fachada, Chibás vivió con sus familiares en un gran palacete de tres pisos situado en la esquina de 17 y H.
La hermosa residencia, convertida en una ciudadela, actualmente se encuentra en ruinoso estado, con chapuceros añadidos constructivos que demeritan aún más su antiguo esplendor.
Enfrente está la que fuera la fastuosa residencia de la familia Gelats, que desde hace décadas sirve de sede de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC). Está bien conservada, aunque ha tenido modificaciones arquitectónicas.
El segundo lugar en el cual vivió Chibás fue en el edificio López Serrano, en la esquina de 13 y L, cerca del Malecón y la Rampa, entre otros puntos notables de El Vedado.
El majestuoso edificio, diseñado por el famoso arquitecto Ricardo Mira —quien también diseñó la librería La Moderna Poesía—, fue hasta que se construyó el Focsa en 1956 el más alto de La Habana.
El López Serrano, de estilo Art Decó y con una torre central a imitación de los rascacielos de New York, es un verdadero símbolo de la arquitectura cubana.
En el lugar que ocupa se hallaba inicialmente la llamada “Casa del Chino”, porque allí habitaba el embajador de China.
La residencia fue comprada después por el magnate de origen español José López Rodríguez, más conocido por Pote.
Durante el crack bancario de 1929 en Estados Unidos, que afectó a los inversores criollos, Pote se consideró arruinado y se suicidó. Se calculó su fortuna en 93 millones de dólares, y dejó a sus herederos 11 millones de pesos, la librería La Moderna Poesía, y su lujosa residencia.
La viuda y su hijo, José López Serrano, el capital que heredaron lo invirtieron y multiplicaron, construyendo, entre otras cosas, el emblemático edificio López Serrano.
Dicho inmueble, construido con los mejores recursos de su época, cuenta con 14 pisos. Los 10 primeros con ocho apartamentos en cada suelo. Los cuatro restantes se hallan en la torre y son los más lujosos e independientes, pues en cada uno solamente radica una vivienda, como un modo de propiedad horizontal adoptado más adelante en otras construcciones.
Precisamente en el piso 14, el más alto, vivía su propietario, José López Serrano. Después, en febrero de 1944, pasó a manos de Chibás.
El apartamento servía también al líder del Partido Ortodoxo como centro de reunión de sus seguidores. Las características del inmueble le permitían a Chibás rechazar a las personas que no deseaba recibir.
El edificio en que residía Chibás estaba a 600 metros de la CMQ, donde hacía su programa radial semanal. También estaba cerca de la Universidad de La Habana, punto importante de captación de prosélitos del Partido Ortodoxo.
La hija de Julio Antonio Mella, Natasha, captada muy joven para el Partido Ortodoxo, visitaba a Chibás, quien la convenció de que se postulara para concejal. Más tarde, desencantada de Chibás, Natasha Mella afirmó que “era muy egocéntrico, que estaba loco, con delirio de poder ilimitado, interesado en la popularidad, dispuesto a llegar por encima de todos”.
Otra de las personas cautivadas por Chibás que también concurría al apartamento del López Serrano era el entonces joven abogado Fidel Castro.
Chibás, quien provenía de una familia adinerada, tuvo como lema de su partido “Vergüenza contra Dinero”. Sin embargo, su vivir acomodado no se correspondía mucho con su consigna.
Eduardo Chibás falleció el 16 de agosto de 1951, diez días antes de cumplir los 44 años, producto de una herida de bala que se había infligido el 5 de agosto, cuando intentó suicidarse, al final de su programa radial, por no poder presentar las pruebas contra el Ministro de Educación Aureliano Sánchez Arango, y otros funcionarios gubernamentales, a quienes acusaba de corrupción.
En el López Serrano hay una tarja dedicada a Chibás por “sus compañeros de lucha” que recuerda que allí vivió sus últimos siete años.
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