MADRID, España.- El Gobierno Provincial de Guantánamo anunció que, desde este 9 de mayo, el pan correspondiente a la canasta básica será distribuido únicamente a niños de entre 0 y 13 años y a determinadas instituciones sociales como hospitales, escuelas y el Sistema de Atención a la Familia. La decisión responde a una crítica escasez de harina provocada por la falta de arribo de trigo al país, dijeron medios locales como el periódico Venceremos. 4w2d6u
Aunque la medida fue calificada de “temporal” por las autoridades, ha generado gran preocupación entre los ciudadanos, especialmente entre adultos mayores y familias con hijos mayores de 13 años, quienes quedan excluidos de la distribución. Para muchos, el pan era uno de los pocos alimentos garantizados en la cada vez más reducida canasta básica.
La reacción no se hizo esperar en redes sociales. El impacto sobre los adultos mayores fue uno de los puntos más señalados. “Mire mi libreta, tengo 71 años, vivo sola. ¿Qué quieren, que coma aire?”, expresó una usuaria.
Mientras que una madre preguntó con indignación: “¿Y los muchachos de 14 para arriba no comen?”. Otros calificaron la medida como una falta de respeto, e incluso la ironizaron como un “regalo por el Día de las Madres”. Otro ciudadano lamentó: “Mi hija tiene 14 años, por un año no le toca. ¿Qué hago, la dejo sin desayunar?”.
La nueva restricción se inscribe en un contexto de profunda crisis económica y alimentaria en Cuba, donde el racionamiento estatal se ha vuelto más limitado y errático.
La escasez de pan en la Isla no es un problema nuevo. Durante los últimos años, el país ha enfrentado reiteradas crisis en la producción de este alimento, debido a la falta de insumos como harina de trigo, levadura y combustible, así como a la deficiente gestión estatal.
En 2023, por ejemplo, el gobierno reconoció problemas en el abastecimiento de pan de la libreta de racionamiento, obligando a muchas panaderías a reducir el tamaño de los panes o alterar la receta con harina de maíz o de yuca.
Para los cubanos, el pan no es solo un acompañante en las comidas, sino un alimento fundamental en un contexto de altos precios, escasez de proteínas y pocas opciones asequibles. En muchos hogares, es la única garantía para el desayuno o la cena, especialmente para los niños y ancianos.
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