LA HABANA, Cuba.- Una casa de maravillosa construcción, marcada antiguamente con el número 72 y hoy con el 212 en el Paseo del Prado, haciendo esquina con Trocadero, perteneció a dos figuras históricas: Marta Abreu y José Miguel Gómez. 62l5m
Edificada en la primera mitad del siglo XIX, de mampostería, piedra, y cantería, con portal frontal y dos plantas, la mansión era propiedad del Conde de la Reunión en 1877. Luego tuvo otros propietarios hasta que en 1882 la adquirió Pedro Nolasco Abreu, junto a su esposa, Rosalía Arencibia. Entonces estaba valorada en 44.846 pesos oro y 21 centavos.
Rosalía legó sus bienes a su hija Marta González Abreu y Arencibia. Esta mujer de Santa Clara, mejor conocida como Marta Abreu, fue benefactora para los humildes y brindó mucha ayuda a la causa independentista.
Al morir en París en 1909 Marta Abreu y su esposo Luis Estévez, con quien compartía la vivienda, esta fue heredada por su hijo, Pedro Estévez y Abreu.
Estévez y Abreu estaba casado con Catalina Lasa, que durante una fiesta que dieron en su hogar conoció a Juan Pedro Baró, y con él comenzó un romance que daría lugar a un gran escándalo al abandonar a su marido. Como en Cuba no existía divorcio legal, los dos amantes emigraron a Francia.
Pedro Estévez, que era propietario de otra casa colindante, en Trocadero 12, hipotecó la vivienda de Prado en dos ocasiones, hasta que en 1913 vendió ambas al expresidente José Miguel Gómez, por el precio de 115.000 pesos.
Las dos viviendas fueron demolidas para hacer una nueva. El proyecto de reedificación lo llevó a cabo el arquitecto Hilario del Castillo Avilés. La nueva vivienda abarcó una superficie de 767 metros cuadrados con 359 milímetros. Las obras concluyeron el 5 de febrero de 1915, y recibieron el certificado de “Habitable” el 25 del propio mes.
El exmandatario, cuando se ejecutó la nueva construcción, quiso lograr cierto parecido a las nuevas mansiones que se edificaban en El Vedado como residencia familiar, pero este palacete se tuvo que ajustar al sitio y las normas arquitectónicas del lugar, según las ordenanzas de la zona, con portales abiertos, sin jardines y patios exteriores.
José Miguel Gómez, quien fallecería en Nueva York en 1921, decidió traspasar el inmueble, valorado en 200.000 pesos, a favor de su hija Rosa Gómez y Gómez, quien ese mismo año lo vendió a Juan Mencía y Moreno por 250.000 pesos, quien a su vez, en 1929, lo cedió a la Sociedad Anónima de Fomento Agrícola, representada por Doña América Arias y López, viuda del expresidente.
Residía en esta morada en 1937 el hijo del matrimonio Gómez-Arias, el Dr. Miguel Mariano Gómez, quien había ocupado la presidencia del país durante siete meses en 1936.
La mansión fue hipotecada una vez más en 1940, a José Morales y Valcárcel, Manuel Aspuru y San Pedro y Fernando Scull y Carmona, como garantía de un pago de 40.000 pesos que estos señores habían hecho a favor de la Sociedad Anónima de Fomento Agrícola.
La Compañía Minera Nicaro Níquel S.A. arrendaría todo el edificio para establecer allí sus oficinas en 1940.
Se liquidó la Sociedad Anónima que representaba la familia de los Gómez y se dividieron los bienes entre sus . Miguel Mariano Gómez, que murió en 1950, testó su parte a favor de su esposa, Serafina Diago de Cárdenas y sus hijas, que serían los últimos propietarios conocidos hasta 1959.
Hoy esta bella mansión es la sede de la Alianza sa en La Habana. Muy cerca se hallan la enorme casa de Rafael María de Mendive, y colindante, el fastuoso edificio del Casino Español (convertido en el Palacio de los Matrimonios), y en la vecina calle Trocadero, la modesta casa donde vivió el poeta y escritor José Lezama Lima.
Sigue nuestro canal de WhatsApp. Recibe la información de CubaNet en tu celular a través de Telegram.