MADRID, España.- El vehículo del sacerdote católico Lester Rafael Zayas Díaz, párroco de la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús en El Vedado, amaneció el lunes con los cristales rotos y muchas señales evidentes de haber sido violentado. Según denunció el propio padre en su perfil de Facebook, los hechos ocurrieron durante la madrugada, en medio de un apagón general en la zona. 4t1o
“Así amaneció nuestro carro hoy después de una noche larga de apagón en todo el Vedado. Justo frente a nuestro convento”, escribió Zayas, acompañando el texto con imágenes del vehículo: cristales rotos, puertas abiertas y espacios del interior visiblemente registrados.
Aunque el sacerdote dejó abierta la posibilidad de que se tratara de un acto vandálico motivado por la necesidad, también sugirió que podría tratarse de una represalia por sus recientes declaraciones públicas: “La miseria sigue en aumento y trae como consecuencia actos vandálicos movidos por la necesidad de conseguir lo indispensable para vivir. O al menos eso quiero creer. De lo contrario, podría pensar que es una forma de venganza contra algunos por expresar el sentir común”.
La denuncia llega apenas unos días después de que el padre Zayas publicara una contundente crítica al discurso del mandatario Miguel Díaz-Canel, quien responsabilizó al pueblo cubano por el aumento del consumo eléctrico al restablecerse el servicio tras extensos apagones. En su texto titulado “SUPONGO, PERO ES DEMASIADO SUPONER”, el sacerdote cuestionó la falta de asesoramiento en el Gobierno, la desconexión con la realidad de la población y la criminalización de quienes protestan por hambre y carencias.
“El único responsable del fracaso energético es el Estado que usted representa”, escribió entonces, refiriéndose directamente al gobernante. “Oírle decir que el problema es que, cuando ponen la corriente, todo el mundo se conecta y sube el consumo, es, desde todo punto de vista, una burla grotesca, fea e inaceptable”, agregó.
El incidente con el vehículo ha generado una oleada de reacciones en redes sociales, donde decenas de s han interpretado el ataque como un acto de intimidación política. “Eso es vandalismo, pero mandado”, comentó una usuaria. Otros añadieron: “La venganza disfrazada de necesidad y vandalismo”, “Los canallas de siempre, arremetiendo contra quienes insisten en hacer bien al mundo”, y “Es una de las consecuencias de permanecer en Cuba con la verdad”.
Estas denuncias consideran que el nuevo episodio de violencia y su contexto parece ser parte del creciente hostigamiento a voces disidentes.
El sacerdote, conocido por su voz crítica y reflexiva dentro de la Iglesia católica cubana, ha denunciado en múltiples ocasiones la situación económica, política y social del país, apelando al respeto a la dignidad humana, al diálogo y a una verdadera representación del pueblo.
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